La fuente de las Tres Gracias o de las Tres Ninfas constituye uno de los elementos ornamentales más vistosos de Málaga. Hay dos versiones de su origen, una que la adquirió el Ayuntamiento en 1879 a través de un catalogo de obras del escultor francés J. Vasque (al estilo Amazon) y otra (versión de la omnipresente y muchas veces desatinada Wikipedia) que fue fundida por José María Sánchez a finales del S. XIX. La fuente consta de tres cuerpos y dos tazas en los que destacan tres figuras femeninas de inspiración clásica, talladas en mármol y ataviadas con túnicas y herramientas agrícolas, un remo y el cuerno de la abundancia como alegoría a la fertilidad.
No puedo dejar de pensar en las Tres Gracias caraqueñas del escultor italiano Pietro Ceccarelli. Fue la fuente que en mi adolescencia vi miles de veces cuando iba al colegio. Venia en la camionetica de Sta. Mónica y me bajaba en Lagoven y en la parada de enfrente tomaba el bus de San Ruperto que me llevaba al colegio en la Av. Victoria. Todos los días pasaba de ida y vuelta por la plazoleta ubicada en una de las salidas de la UCV. Recuerdo los chistes y comparaciones de dudoso honor que se hacían de esas tres mujeres. Aunque hay diferencias entre las dos obras, además del nombre, tienen en común que ambas están inspiradas en la mitología griega, definen un canon de belleza y no pasan desapercibidas para nadie
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