Málaga cuenta con verdaderas maravillas que descubrir y calles por las que perderse. Hacia el Monte de Gibralfaro, se encuentra uno de los restos más importantes legados por los árabes : La Alcazaba. Hasta ahora no había hablado de esta espectacular fortaleza (y hoy tampoco lo haré), sólo contaré una leyenda negra que se cierne sobre una de sus calles.
En el verano de 1936, La Coracha era un barrio que circundaba a la fortaleza árabe (hoy día ya no existe), una vecina escuchó un ruido muy fuerte y al ver hacia el túnel apreció en la cima una extraña figura humana. Avisó a varios vecinos que también la vieron, pero la figura desapareció de la misma forma misteriosa como apareció. Al día siguiente, una lluvia de piedras cayó desde esa zona hacia una de las casas donde recientemente había fallecido su inquilina. Esa noche se escucharon ruidos y lamentos que retumbaron dentro de las paredes del túnel ocasionando un gran estruendo. Se avisó a la guardia civil y varios agentes cercaron, registraron y buscaron por todas partes sin hallar nada sospechoso.
Desde entonces, al fantasma no se le ha vuelto a ver ni oír, pero los vecinos que afirmaron haberlo visto y oído abandonaron sus casas y sus testimonios hicieron que esa calle se convirtiera en una de las más siniestras de la ciudad y al día de hoy prevalece esa leyenda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario