domingo, 28 de enero de 2018

Luces del Alba

SINOPSIS
Albert es un hombre de cincuenta años que se ha quedado en la calle, sin dinero y sin nadie que lo ayude, una noche decide suicidarse, pero el miedo a la muerte lo paraliza. El recuerdo de una película de Hollywood de finales de los cuarenta, le da una esperanza para encontrar razones que le permitan continuar con su vida.
A lo largo de su búsqueda, un cura que lucha por ayudar a los pobres, diferentes personas que se encuentra en su camino y que al igual que él lo han perdido todo y Flora, la chica del convento, le dan las pistas para hallar esos motivos. La historia de Albert y las historias de todos los que comparten penurias con él, son el hilo conductor de esta novela que pretende ser un canto a la vida y a la esperanza.
No todo está perdido cuando se ha perdido todo y el verse reflejado en la vida de otras personas y ver reflejada en su propia vida, la vida de los demás, lo ayudará a reflexionar sobre lo valiosas que son las vivencias que a cada quien le toque vivir. Son lecciones que lo ayudarán a ver lo importante que es como persona y a valorar a cada ser, sea hombre, mujer, niño o, incluso, animal, con los que se topa cada día por las calles.
Y aunque no todos pueden tener finales felices, Albert procurará tener uno sin importarle lo que el destino le tenga preparado, luchará por ello y en su lucha, sus fracasos serán sus mayores recompensas. No todo puede ser color de rosas, ni los cuentos de hadas que de niños nos hemos imaginado. Cuando le toque partir de esta vida, quiere irse con la serenidad y la seguridad de haberla vivido y disfrutado.

Muchas de estas historias son historias reales, aunque los nombres son todos ficticios.

martes, 23 de enero de 2018

La madurez de Fabián (de la novela Me acordaré de tí)

Miro al pasado y encuentro que mi vida fue haciéndose a retazos cosidos irregularmente en algunas partes y en otras mostrando una impecable unión, casi imperceptible, de los hechos que desenmarañaron al hombre que ahora soy o que tal vez siempre fui, sólo que antes mis inseguridades no me permitieron descubrirlo a tiempo. Por muchos años viví en una constante dependencia de otras personas, impidiéndome asumir por mí mismo mis propias decisiones, siempre fui un reflejo de los pareceres de otros. Mis complejos, mis temores y mis carencias obnubilaron todo lo bueno en mi adolescencia. Físicamente era un joven desgarbado, demasiado flaco y sin una pizca de gracia, siempre usé rebecas amplias para esconder mis huesos y la poca musculatura que desarrollé porque nunca practiqué deportes. En los recreos del colegio y aún fuera de él, mi vida social se limitó a aislarme en algún rincón, con la única compañía de Julio José que venía a echarme en cara todo lo bueno que siempre quise para mí. Llegué a idealizarlo como prototipo de vida, padres famosos, buen físico, carismático a más no poder y manipulador. Eso era lo que más me gustaba de mi amigo, su don para manipular situaciones y personas. Aún cuando era consciente de eso, no tuve objeciones en someterme a sus dominios, bueno, tuve una y fue no engancharme a las drogas, sólo las probé, a escondidas eso sí de él y del resto de la sociedad, para darme el gustico de estar a su altura. 

Mi vida familiar fue un completo fracaso: una madre alcohólica, un padre que nos abandonó para rehacer su vida con otra mujer y una hermana que en cuanto pudo desligarse de nosotros, lo hizo sin el menor reparo. En estos últimos años la he visto muy pocas veces, después de la muerte de mamá, debido a una cirrosis agresiva que la consumió de la noche a la mañana, se alejó aún más y sólo me queda el consuelo de saberla “felizmente casada”, así, entre comillas, porque estando tan alejada nunca sabré si verdaderamente es feliz al lado de su esposo y dos hijos a los que la palabra tío les debe sonar a pariente muy lejano. De mi padre es poco lo que tengo que decir, ya no es mi héroe, dejó de serlo el mismo día que le blandí un cuchillo en la cara, lleno de ira por pretender hacernos ver que el fracaso de su matrimonio fue única y exclusivamente culpa de mi madre. Huyó despavorido y su carrera lo alejó de nosotros y aún hoy en día sigue alejado de mí al tratarme con mucha cautela, como si fuera un loco esquizofrénico capaz de reventar en cólera en cualquier momento y clavarle la puñalada prometida. Demás está decir que nos vemos poco, muy, muy poco y cuando hablamos por teléfono, los reproches del pasado siempre vuelven para distanciarnos más.


Cargué con el peso de mi madre yo sólo. Ni Leticia ni mi padre fueron testigos de la agonía de ella. Los consejos dados a mi madre cayeron en saco roto por ser un menor de edad que nada sabía de la vida, según me decía siempre ella, cuando irónicamente fue la vida misma la que me enseñó desde pequeño todo lo que yo no quería ser ni hacer, al darme, sin opción a elegirla, la familia que tuve. Y no es que reniegue ahora de los míos, algo bueno tuvieron que dejó en mí huellas importantes, lo que pasó fue que idealicé demasiado la vida de otras personas que siempre tuve una herida sin sanar a causa de ello. Llegué a pensar que estaba destinado a ser un perdedor y a tener la mala suerte como eterna compañera de viaje. Todo cuanto me proponía se deshacía en mil pedazos a la menor equivocación, incluso las pocas victorias que obtuve se vieron opacadas por éxitos aún mayores que mis amigos me echaron en cara. Era como si nada de lo que hacía era lo suficientemente bueno como para quedar satisfecho. 

Cuando me desprendí de todo lo que fui en mi niñez y en mi adolescencia, pude saborear las mieles de una vida sino exitosa, al menos tranquila. Pero este logro lo alcancé a base de negar mi pasado, borrar las huellas dejadas por mis vivencias y empezar de cero, de la nada. Como si no hubiera tenido una vida anterior. Tuve que plantearme un cambio que llevó a transformarme por completo en un ser totalmente distinto, un hombre que aún le cuesta llevar los hilos de su propia vida por tratarse de otro ajeno a mi yo real, como si me hubieran hecho un lavado cerebral y me dijeran que sería lo opuesto a todo lo que fui y, al despertarme de esa hipnosis, me encontrara en pañales aprendiendo como un bebé de meses las sensaciones de mi nueva vida. 

Mi cambio no se debió a alguna experiencia traumática que me llevara a replantearme toda mi vida. Lo que me llevó a pensar en mí fue que, estando a punto de cumplir los cuarenta años, me encontraba en el mismo punto de partida de hace veinte. Sin planes y sin metas, viviendo la misma vida que me acostumbré a vivir al lado de Julio José, Noelia y compañía, sólo que sin drogas y con muy poco sexo, el que pagaba de vez en cuando; pero eso si, con mucho alcohol y salidas nocturnas por los bares de moda. Por momentos pensé que seguiría el mismo camino de mi madre y ni su muerte fue la suficiente advertencia para parar. Era como si tratara de castigarme de esa manera por no ser como eran los otros, aún cuando hacía exactamente lo mismo que los demás. La única diferencia era que a los demás parecía satisfacerles ese estilo de vida y a mí me dejaba un vacío inexplicable que no lograba llenar hasta la siguiente ronda nocturna. Y así me pasé veinte años de mi vida y me acostumbré a todas las frustraciones posibles que un ser humano pueda vivir, viéndolo como algo normal y lógico de mi inocua existencia. Hasta que la conocí y comencé a ver mi vida con dolor.

domingo, 21 de enero de 2018

Duele Amar

Duele amar a alguien y no ser correspondido, pero lo que es más doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes. Tal vez Dios quiere que nosotros conozcamos a unas cuantas personas equivocadas antes de conocer a la persona correcta, para que al fin cuando la conozcamos, sepamos ser agradecidos por ese maravilloso regalo.

Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conoces a alguien que significa todo y solo para darte cuenta que al final, no era para ti y lo tienes que dejar ir. Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra puerta se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella puerta que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros. Es cierto que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Darle a alguien todo tu amor nunca es un seguro de que te corresponderán, pero no esperes que te correspondan; solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona, pero si no crece sé feliz porque creció en el tuyo. Hay cosas que te encantaría oír que nunca escucharás de la persona que te gustaría que te las dijera, pero no seas tan sordo para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.

Nunca digas adiós si todavía quieres tratar. Nunca te des por vencido si sientes que puedes seguir luchando. Nunca le digas a una persona que ya no la amas si no puedes dejarla ir. El amor llega a aquel que espera, aunque lo hayan decepcionado; a aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado; a aquel que todavía necesite amar, aunque antes haya sido lastimado y a aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo. El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos y no tratarlos de voltear con nuestra propia imagen, porque entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos.

No vayas por el exterior, este te puede engañar; no vayas por las riquezas porque aun eso se pierde; ve por alguien que te haga sonreír, porque toma tan solo una sonrisa para hacer que un día oscuro brille. Espero que encuentres a aquella persona que te haga sonreír. Hay momentos en los que extrañas a una persona tanto que quieres sacarla de tus sueños y abrazarla con todas tus fuerzas. Espero que sueñes con ese alguien especial. Sueña lo que quieras soñar; ve adonde quieras ir; sé lo que quieras ser; porque tienes tan solo una vida y una oportunidad para hacer todo lo que quieras hacer.

Espero que tengas suficiente felicidad para hacerte dulce; suficientes pruebas para hacerte fuerte; suficiente dolor para mantenerte humano y suficiente esperanza para ser feliz. Las personas más felices no siempre tienen lo mejor de todo; solo sacan lo mejor de todo lo que encuentran en su camino.

La felicidad espera por aquellos que lloran, aquellos que han sido lastimados,  aquellos que buscan, aquellos que tratan. Porque solo ellos pueden apreciar la importancia de las personas que han tocado sus vidas. El amor comienza con una sonrisa, crece con un beso y muere con una lágrima.

La brillantez del futuro será basada en un pasado olvidado. No puedes ir feliz por la vida hasta que dejes ir tus fracasos pasados y los dolores de tu corazón. Cuando naciste, tú llorabas y todos alrededor sonreían, vive tu vida de forma que cuando mueras tú sonrías y todos alrededor lloren. 

miércoles, 17 de enero de 2018

La Carta (de la novela En Buena Compañía)

                Estoy en mi cuarto, tendida en mi cama, absorta en mis pensamientos y una música llega a mis oídos, no sé de donde proviene pero envuelve mi ser y me tranquiliza. Trato de sentarme, pero los dolores me dejan inmóvil mirando al techo, el cual se va llenando poco a poco de imágenes o tal vez de sentimientos. Escribo esta carta para que algún día puedas entenderme y no desprecies mi silencio, para que sepas que amé y fui amada sin merecerlo. Mi esposo, mis hijos, mis hermanos, tú, todos me dieron lo mejor de sí y yo fui incapaz de corresponderles como se merecían. No quiero justificarme, sería cobarde no reconocer mis errores, solo quiero desahogarme ante el miedo a lo desconocido. Contigo viví y en el recuerdo de nuestras aventuras furtivas, he añorado lo que pudo haber sido y no fue y quién sabe si alguna vez lo será.
                Me queda poco tiempo, lo puedo sentir por el aire frío que recorre mi cuerpo. Quiero borrar de mí ese sentimiento de impotencia que duele tanto, ese sentimiento que deja mi corazón dolido. Dime que todo está bien, que quedan esperanzas, que no todo es dolor. Dime que vale la pena lo que se sufre. Ruedan por mis mejillas unas lágrimas. Sigue la música y me ciega ante las imágenes que rondan por mi mente, una tras otra, imágenes junto a ti, aquel hombre que conocí en mi juventud y que en algún momento de mi vida lo perdí. Sigo pensando, recordando, dejándome llevar por lo que escucho, suave, pero al mismo tiempo rítmico....y se suceden una tras otra tantas cosas vividas, tantas cosas deseadas...y se piensa en las que quedan por vivir y me pregunto ¿tendré tiempo? ¿Podré algún día ser feliz con quien tanto deseo? Y por más que lo intento sólo un pasado y un presente, dejando de lado a un futuro que no termina de llegar.

                Son tantas cosas las que sueño, que me haría falta otra vida para vivirlas y...no tengo tiempo. Siento que se me va de entre mis manos y callo lo que mi corazón pide a gritos. Una nueva oportunidad. Ruedan lágrimas por mis mejillas, de impotencia, de rabia, de sueños rotos...y de tantas cosas más... Se agota la música, va llegando a su fin y no quiero que termine, porque pienso que también terminará todo para míson tan lindos los recuerdos, aunque duelan...Se ha de vivir la vida, dar cuanto se tiene porque si guardas los sentimientos igual te das cuenta tarde... Que no amaste cuanto podías y no diste todo cuanto tenías...El amor es eso, dar todo...Y en el sopor de las lágrimas sintiendo que cada vez amo más y ya no soy correspondida...tengo presente este sentimiento dentro de mis pensamientos...voy dejando que me venza el sueño, esperando exhalar mi último aliento.

domingo, 14 de enero de 2018

Reflexiones sobre el amor (de la novela El Relato de Andrés)

Es muy difícil expresar lo que siento en este momento. Hay muchas veces que pienso que todas mis relaciones no han tenido sentido, pero hay otras en las que creo que valió la pena todo cuanto he vivido. ¿Hacía donde corres en una situación así? Mi corazón no me responde, pues él está lleno de rencores y daños causados por los malestares pasados, tan sólo porque no he sabido interpretar correctamente los signos que he recibido.

Es muy difícil de expresarlo, ni siquiera yo lo sé, quizás es mejor pensar que vivimos en un mundo sin amor, pero el miedo a perderme en caminos abstractos me remuerde la conciencia, pensar que con estos brazos con los que abracé más de una vez al amor no serán capaces de hacerlo otra vez; que con esta boca que tantas veces besé, no besará de nuevo... no podría soportarlo. Por eso prefiero que mi corazón soporte lo que sea necesario para no perder la oportunidad de amar.

 El amor llegó a mi vida en los momentos en que más lo necesitaba. Tú, con tu forma de comprender, hiciste que mi corazón recobrara las esperanzas de tener ese sentimiento, de querer que más de una vez deseara sentirte cerca de mí. Hoy al reencontrarte es como empezar a vivir, es enamorarme y recobrar mi confianza.

¿Cómo no quererte? Si eres parte de todas mis cosas y pensamientos, si estás tan pendiente de todo lo que puedo necesitar, si cada momento te las ingenias para llegar cada día más y más a mi corazón y estar a mi lado. Por eso y mucho más te doy las gracias.

Cada momento que transcurre, mis sentimientos hacia ti son más puros, pero qué difícil es cuando las cosas no van bien, tú no estás feliz y eso me pasa a mí también, porque hemos perdido la frescura, el respeto, discutiendo a cada instante sin razón, qué difícil es hablar y no ser comprendido, conversar y no ser escuchado, ¿por qué no me dejas que me vaya por un tiempo, sin decirme que al momento te vas a quitar la vida si me voy? Pero antes déjame decirte que el amor es la única cosa que yo tengo y me voy de tu lado porque no quiero perderlo, lo que necesito solo es tiempo, tiempo para poder curar las heridas que tantas relaciones fracasadas han dejado en mi alma, tiempo para empezar de nuevo con una nueva vida, tiempo para saber si te necesito, tiempo para saber si me quieres o me olvidas.

El amor crece cada vez que siento de cerca unos brazos envolviendo mi espalda, cuando palabras alegres revolotean mi corazón provocándome una sonrisa de felicidad, cuando me acompañas en los momentos de mayor necesidad. Cuando puedo verte en los ojos de otros y me dices cosas que con palabras no te atreverías a decir, son muchas las razones por las que este sentimiento crece, pero la principal sería porque conseguí a alguien que me diera lo que estoy buscando…ese es mi gran dilema, buscarte en mil lugares y aún así continuar buscándote. Sólo quiero ser feliz y hacerle saber a esa persona que busco que cuando yo esté a su lado no habrá días malos, sólo difíciles, no habrá lágrimas sólo sentimientos encontrados, pero sobretodo no habrá cariño sino un amor inmenso el cual tu sólo recibirás.


No sabes cuanto dolor me ha causado no tenerte a mi lado....no sabes cuanto sufro no tenerte, cuanto sufro que estés con otros y que a mi ni me notes...Por extraño que parezca, yo te amo a pesar de las heridas, a pesar de las caídas, a pesar de todo...El amor no se rige por el azar, no lo consigues leyéndote las líneas de las manos, ni la borra del café ni la clara de los huevos como insólitamente una vez vi por televisión. ¿Cuál es la probabilidad de que te quedes y no te vayas?...Yo lo daría todo por ti...Si pudiera revivir un momento, ese sería aquel en los que te sentí profundamente...Si pidiera un deseo, ese sería que nunca te alejaras de mi...Espero que no te separes de mi...Pero si te vas, agradeceré a Dios haber tenido la dicha de conocerte, la alegría de hablarte y la fortuna de amarte.