jueves, 5 de noviembre de 2020

Los famosos espetos de sardinas

La Junta de Andalucía va a reactivar la solicitud que hiciera en el 2007 para declarar al espeto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. Las sardinas siempre fueron el alimento por antonomasia de los pescadores y la clase obrera (no sólo en España, sino en muchos países. Aún recuerdo el anuncio que hiciera en Venezuela el humorista Claudio Nazoa, invitando a comer sardinas Eveba con su famosa frase "coooooman sardinas"). Pero el origen de los espetos es 100% malagueño. Se dice que en 1882, Miguel Martínez Soler (apodado Migué el de las sardinas) abrió su famoso bar en la playa llamado “La gran parada” en la zona de El Palo. Sería no solamente el inicio de los chiringuitos en la Costa del Sol, sino que fue él quien empezó a pinchar las sardinas en un trozo de caña y ponerlo en la arena junto al fuego. Este chiringuito pronto reclamó la atención no solo de los malagueños, sino también de personajes ilustres, convirtiéndose en un punto de referencia para muchas personas. Entre los personajes ilustres que lo visitaron destacó el rey Alfonso XII. En 1885, pasó por Málaga y paró en el restaurante de Miguel Martínez, éste le ofreció uno de sus famosos espetos. Hay una anécdota que cuenta que el rey “atacó” el plato con cuchillo y tenedor y Miguel se adelantó y dijo: “Maestá, asin no, con los deos”. Miguel Martínez Soler es considerado el “padre de los espeteros” y tras él aparecieron muchos otros que han conseguido que la figura del “espetero” se convierta en una profesión que pasa de generación en generación. Hoy día las sardinas se ensartan en una estaca de madera y son cocinadas a la brasa en una barca.

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