miércoles, 6 de febrero de 2019

Edimburgo: llegada


Tocó fin de semana en Edimburgo para relajarse un poco del día a día que suele ser a veces complicado y estresante. El viaje lo hicimos por Ryanair que sale económico y como fueron dos  días y medio, no tuvimos que llevar una maleta grande sino equipaje de mano. A la llegada tomamos el tranvía que está justo a la salida del aeropuerto, es un poco más caro que el bus, pero tiene la ventaja de ir más rápido y parar menos. Nuestro hotel estaba ubicado cerca de Prince St, una de las calles principales del centro histórico de la ciudad y desde donde se ven unas vistas preciosas del Castillo de Edimburgo, uno de los sitios más emblemáticos de Escocia.

Como llegamos de tarde, no pudimos hacer mayor cosa que un recorrido por los alrededores (cabe decir que en inverno las horas del día son muy cortas y ya a las cuatro y media de la tarde está oscuro, por lo que muchos sitios cierran a las seis). Como sabíamos de antemano este detalle, reservamos una de esas excursiones gratuitas que ofrecen (bueno gratuita es un decir porque al final debes dar una propina de acuerdo a tu criterio) para recorrer la Edimburgo misteriosa.

Es digno de mencionar que en esta ciudad (y en Escocia en general) tienen un concepto muy distinto de la muerte, no se trata de un tema que infunda temor, sino todo lo contrario, los escoceses lo tratan como algo cotidiano (de hecho, en la ciudad de Edimburgo, los cementerios permanecen abiertos día y noche para que las personas puedan pasearse por allí cuando les apetezca).

Antes de ir al punto de encuentro con el grupo del tour nocturno, caminamos hacia la Royal Mile que queda cruzando el South Brigde y es en donde se aglutinan las principales atracciones. En una punta está el Castillo de Edimburgo (antigua morada de los reyes escoceses) y en la punta contraria el Palacio de Holyrood (lugar donde se alojan los miembros de la realeza británica cuando visitan Escocia), se supone que de una punta a otra hay un kilómetro y medio de distancia y de allí que se le conozca como la Royal Mile. También está la Catedral de St Giles (hay controversias con esto porque en muchos sitios puedes leer que no tiene esta categoría, pero en fin, es la principal iglesia de Edimburgo), también están los Museos del Whiskey, el Museo de la Imaginación, la antigua Universidad y hay dos estructuras de origen medieval parecidas a una iglesia (es posible que antaño lo fueran), pero que hoy día son la sede de una oficina de información turística y un mercadillo de antigüedades, en donde, por cierto, también hacen promoción turística.


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