viernes, 15 de febrero de 2019

Cerro del Villar: el origen de Málaga

El Cerro del Villar, ubicado en la Desembocadura del Río Guadalhorce, es uno de los yacimientos fenicios más importantes del Mediterráneo occidental. Abarca desde el siglo VIII al IV A. C. y sus primeros colonos se asentaron sobre una antigua isla en pleno estuario del Guadalhorce, ocupando una extensión de 10 hectáreas. Sin embargo, las constantes inundaciones obligaron a estos habitantes a migrar a tierra firme, dejando tras de sí su ciudad, la cual fue sepultada por el río Guadalhorce (de allí que los expertos consideren que los restos se encuentran en perfecto estado de conservación). El abandono de la isla coincide con la fundación de Malaka, por eso se dice que este pueblo migrante fue el fundador de la ciudad de Málaga. El yacimiento fue descubierto en 1965 y hasta el 2003 se hicieron trabajos arqueológicos que fueron paralizados durante 15 años debido a la burocracia administrativa. El año pasado, el Ayuntamiento de Málaga reactivó estas labores de investigación, financiando estudios de la zona con georadares, no solo con la intención de seguir desenterrando la historia de Málaga, sino con miras a crear un parque arqueológico que se pueda visitar. Hasta el momento se ha excavado el 10 por ciento de toda el área y en ese pequeña extensión de terreno se han encontrado viviendas, comercios, necrópolis y zonas industriales, lo que ha permitido saber que sus pobladores fenicios fueron unos florecientes comerciantes de clase media alta y que el urbanismo responde a un diseño muy regular. También se ha localizado una vivienda con embarcadero, grandes residencias con hasta doce habitaciones y un centro alfarero, además de cerámicas y jarrones artesanales que se exponen en el Museo de Málaga. En 1998, el Cerro del Villar fue declarado Bien de Interés Cultural.

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