domingo, 8 de diciembre de 2019

Crucero por el Caribe

Hace dos meses publiqué en mis RRSS la llegada del  barco Nieuw Statedam de la compañía Holland América a Málaga y les dije que pronto daría noticias. Pues la noticia es que recientemente hice un crucero de una semana en este barco, saliendo de Fort Lauderdale y recorriendo cuatro islas: Half Moon Cay-Bahamas, Falmouth-Jamaica, Georgetown-Islas Caimán y Cozumel-México. 

PRIMERA PARADA

La primera parada del viaje la hicimos en Half Moon Cay, una isla privada en aguas bahameñas que pertenece a la naviera Holland America Line (hay islotes y cayos que el gobierno de Bahamas ha vendido a excéntricos millonarios y empresas de cruceros para sacarle partido a las setecientas islas que conforman este país). Es un lugar deshabitado, sólo tiene un bar y una cocina donde montan un buffet los mismos empleados de la naviera y varias tiendas donde venden camisetas y recuerdos que son atendidos por empleados que se trasladan hasta allí cada vez que un barco tiene programado fondear (por ser de aguas poco profundas, no hay un puerto de atraque, sino que el crucero fondea en alta mar y los pasajeros son transportados en tenders o lanchas hasta la playa). 



Del resto es disfrutar de una naturaleza prácticamente virgen y una playa azul turquesa totalmente paradisíaca de unos cinco kilómetros de longitud. Anteriormente esta isla perteneció a la empresa Norwegian Cruise Line y se llamaba Little San Salvador Island.







SEGUNDA PARADA


La segunda parada fue en el puerto de Falmouth, Jamaica. Aquí no pudimos disfrutar de la ciudad porque este es el puerto más alejado de las principales atracciones de esta isla (estábamos como a unos cuarenta minutos en coche del centro) y muchas personas nos recomendaron salir en una excursión, en lugar de patear la isla por nuestra cuenta, debido al alto índice delictivo de la zona (de hecho leímos en distintos foros varias experiencias desagradables de gente que salió por su cuenta a conocer la ciudad). Así que no nos arriesgamos y contratamos una excursión a Dunn´s River Falls, unas famosas cataratas que desembocan en la playa (también son conocidas como Las Chorreras, nombre dado por los españoles cuando habitaban esta isla antes de perderla con los ingleses). 


Esta caída de agua, proveniente del Río Dunn, está compuesta por terrazas con escalones gigantes, intercalados por pequeñas lagunas, algunas profundas. Aunque el día no acompañó porque llovía, lo único que nos impidió fue bañarnos en el mar porque las cataratas las escalamos hasta donde está permitido y nos mojamos con el agua fría del río, pasando un día divertido. Cosa que agradecimos porque las perspectivas iniciales no eran muy buenas; sin embargo, a pesar de la lluvia y que conocimos poco de la ciudad, echamos un buen día en Jamaica.




TERCERA PARADA

Nuestra tercera parada fue en Georgetown, la capital de Gran Caimán, la isla más grande de las tres que conforman las Islas Caimán. Aquí sin comerlo ni beberlo nos fuimos de aventura. Quizás para algunos con alma más aventurera, un viaje a un banco de arena ubicado en medio de la nada en alta mar para ver mantarrayas podrá parecerles algo normal. Para nosotros fue una odisea, no porque fuera desagradable, todo lo contrario, sino porque significó salirnos de nuestra zona de confort para vivir una experiencia nunca antes vivida (ni siquiera en sueños). 




En mis RRSS publiqué algunas de las fotos que nos hicieron nadando, tocando y hasta besando a estos “Elasmobranquio Myliobatiformes”, según su nombre científico. Lo único que puedo decir es que son babosas, su piel es dura e infunden mucho respeto por su tamaño y su larga y áspera cola (son dentro de su especie las más grandes del mundo y afortunadamente son de las pocas no venenosas que existen, aunque pueden hacer daño con sus colas) y como dije en aquella publicación esta experiencia primero fue terrorífica, pero luego muy divertida. También hicimos nado submarino sobre la superficie (lo que llaman snorkel) y aunque no me fue muy bien porque tragué agua varias veces, al menos pude ver un arrecife de coral, unas tortugas marinas muy pequeñas y peces de diferentes especies. Una vez que regresamos a tierra, nos fuimos a la playa Seven Mile a darnos un baño en estas aguas verde esmeralda, consideradas de las mejores de la cuenca caribeña. Aquí no estuvimos muchos tiempo, sólo el suficiente para relajarnos un rato y luego regresar a dar unas vueltas por el centro comercial del puerto y luego al barco.




CUARTA PARADA

La cuarta y última parada de este crucero de una semana fue en la isla de Cozumel en México. En un crucero anterior ya habíamos bajado aquí, pero aquella vez nos fuimos a Playa El Carmen que está a 40 minutos en lancha, para pasar el día en tierra continental. Esta vez nos quedamos en la isla y fuimos a Chankanaab (palabra maya que significa pequeño océano), un parque nacional y zona de refugio para de más de 60 especies marinas entre peces, tropicales, corales y crustáceos. Una de sus actividades es el nado con delfines, pero lamentablemente no pudimos hacerlo porque ya había comenzado la actividad cuando llegamos, pero si vimos un espectáculo de leones marinos.


Nos bañamos también en una pequeña cala (toda rocosa por cierto, lo que dificultaba el acceso al agua) y paseamos por la reconstrucción de un poblado maya en tamaño natural con imitaciones de algunas de las esculturas más significativas de esta civilización que se han encontrado a lo largo de los siglos (publico más fotos de este poblado en el siguiente post). Como teníamos todo el día para estar en Cozumel (el barco zarpaba a la medianoche), nos fuimos como no a una playa “Carlos´n Charlie Beach”, comimos enchiladas y tacos y luego dimos una larga caminata por el Centro Histórico de la isla.






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