domingo, 20 de octubre de 2019

El Tempranillo


Málaga también tiene sus historias de bandoleros, cuyas fechorías se hicieron leyendas en los años en que el asalto y el pillaje abundaban dentro de las clases menos favorecidas. Una de esas historias la protagonizó un cordobés llamado José María, alias “El Tempranillo”, que huyendo de su Jauja natal terminó escondido en Alameda (un poblado al norte de Antequera) donde forjó su historia delictiva.  Sobre sus inicios como bandolero se cuentan dos historias diferentes, una por venganza y otra como resultado de una ofensa. Lo cierto es que asesinó al pretendiente de una guapa zagala porque se opuso a que bailaran juntos. Sabiendo el castigo que le vendría, huyó por la Sierra Rondeña hasta parar en Alameda. Lo apodaron El Tempranillo por lo joven que era cuando cometió su primer crimen. Se asoció con un pendenciero gitano llamado Chuchito y ambos formaron una banda de forajidos que llegó a tener más de cincuenta miembros. 


Se han escrito múltiples coplas contando sus crímenes y se han pintado muchos cuadros enalteciendo sus hazañas, pero harto ya de su vida delictiva aceptó un indulto del Rey Fernando VII y fue nombrado Comandante del Escuadrón de Seguridad del cuerpo de los Migueletes. Este escuadrón se había formado para combatir, precisamente, a los que como él, se habían tirado a la sierra a delinquir. Un día, cuando se dirigía a la Sierra a detener a El Barberillo, un compañero de antiguas fechorías, éste le disparó acabando con su vida a los 28 años.  La tumba de El Tempranillo, se encuentra en el patio interior de la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Alameda. Este patio está rodeado de arcos y envuelto entre flores y su tumba coronada por una cruz de piedra, con inscripciones y un tejaron andaluz cubriendo una copia en azulejería de su partida de defunción. Sin duda uno de los enclaves de mayor belleza, donde se unen el respeto del pueblo por este mítico bandolero, la belleza y la más pura estética andaluza, llena de coloridos y detalles arquitectónicos tradicionales.  

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