Sé que mucha gente está decepcionada, desesperada y desanimada porque en tres meses Juan Guaidó no ha podido echar al usurpador y a las ratas asesinas que tienen el poder en Venezuela. Sé que muchos quieren que haya intervención extranjera y que se active el artículo 187 de nuestra Constitución. Yo también quiero esas cosas y no terminan de llegar, pero no por ello hay que dejar de luchar, protestar y gritarle al mundo lo que le están haciendo a Venezuela. Lamentablemente la izquierda perversa está logrando ganar posiciones en muchos países, disfrazándose de progre, populista y luchadora de la "justicia social" cuando en el fondo sabemos, y la historia siempre lo ha enseñado, que son una panda de resentidos sociales en busca de poder. Esos resentidos son los que ponen las trabas (y ese enemigo también lo tenemos dentro). Lamentablemente los seres humanos no aprendemos las lecciones y nos dejamos embaucar por esta izquierda perversa y maligna. Pero no por ello hay que rendirse. Una tía me escribió el otro día que la "Esperanza es un riesgo que tenemos que correr" y me quiero aferrar a ella, pero sólo con la fe no basta, también hacen falta las obras porque fe sin obras es muerte en sí misma. Y si la única arma que tenemos es la protesta, debemos usarla siempre. He leído muchos post en redes sociales diciendo que se corre el riesgo de morir si sales a manifestarte. ..ese riesgo lo corres día a día sin siquiera salir de casa con la miseria de país que nos están dejando.
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