Hablar de la Semana Santa es hablar necesariamente de las cofradías, el motor que impulsa las procesiones año tras año. El movimiento cofrade malagueño se inició en 1505 con el nacimiento de la Archicofradía de la Santa Vera Cruz y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, desde entonces se fueron creando numerosas hermandades en conventos e iglesias, dentro y fuera de las murallas de la antigua ciudad. En el año 1921 se fundó la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga (integrada por 13 hermandades), en la sacristía de la desaparecida Iglesia de la Mercé, estableciendo las bases para consolidar la celebración de la Semana Mayor. Desde entonces han habido épocas de esplendor y tiempos difíciles, como los sucesos de 1931, cuando se instauró la segunda República y los rojos ateos quemaron iglesias y conventos o la guerra civil española. Sin embargo, tras el cese del conflicto bélico, la agrupación recuperó su actividad hasta convertirse hoy día en una de las instituciones más importantes de la Semana Santa malagueña (85 mil cofrades están afiliados aproximadamente), adhiriéndose numerosas hermandades (algunas refundadas y otras nuevas) hasta llegar a las 41 corporaciones nazarenas que en la actualidad existen
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