Además de las ciudades amuralladas y estructuras que se van desenterrando a medida que la ciudad levanta nuevas construcciones, uno de los legados que también ha dejado tantos años de dominio árabe en Andalucía son sus baños. Los Hammam o Baños Árabes eran edificios públicos divididos en varias salas: vestíbulo de ingreso, sala fría, sala templada y sala caliente. Estaban hechos para estimular los sentidos : el auditivo con relajantes melodías, el olfativo con perfumes y aromas, la vista con coloridos mosaicos, luz natural y llamativas decoraciones, el tacto con estimulantes masajes y, sobretodo, el elemento esencial de un baño árabe, el agua, que a distintas temperaturas activa el riego sanguíneo en todo el cuerpo. En el centro histórico de Málaga perviven dos baños árabes (aunque hay más en toda la provincia) que recuperan y recrean el pasado Nazarí de la ciudad con cinco termas a diferentes temperaturas, sala de vapor, sala de piedras calientes, rincón del té, pasillo de los aromas y sala de masajes. Actualmente son los baños árabes más grandes de España. Tiene sus horarios y un día a la semana se practica el nudismo para los amantes del naturismo.
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