Uno de los mayores alicientes turísticos de Málaga
es la conservación de su patrimonio histórico. Aunque no existe una guía
oficial que lo explique, son muchos los edificios que integran yacimientos
arqueológicos descubiertos durante su construcción. Hoy les mostraré dos de
ellos:
Las murallas del aparcamiento subterráneo de la
plaza de la Marina son restos que corresponden a la zona portuaria y a
viviendas extramuros de la Málaga musulmana. La muralla nazarí se localiza en
el sector oeste y consta de un paramento recto en la cara interna con una
pequeña inclinación en la cara externa. Además, tiene adosados dos baluartes de
planta semicircular, revestidos de una rosca de ladrillo. La muralla era utilizada para
la defensa en la Baja Edad Media y la Edad Moderna.
El otro resto se encuentra debajo de la pirámide de
cristal de la calle Alcazabilla. Allí se puede ver lo que fue una antigua
pileta que se usaba para macerar el pescado en la época romana. Data de los S.
VIII y II A.C. Esta pileta representaba toda la actividad industrial de la zona,
pero cayó en desuso cuando Roma pasó de ser una República para convertirse en
un Imperio. Abandonada desde esa época ancestral (incluso fue tapada cuando
construyeron el Teatro Romano), sólo queda lo que puede verse desde la
pirámide.
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