Cuando fui la primera vez a la tienda de animales donde ahora le compro la comida a mi perro, me encontré que vendían Guacamayas (aquí se le llaman en masculino), pero las vi enjauladas (tiempo atrás publiqué un post con la foto de una de ellas y su precio de venta). He vuelto dos veces más y he visto que ahora las tienen sueltas (no solamente a ellas, sino a los Yakos, las Cotorras y los Loros) en un espacio adaptado para que se sientan en libertad.
Incluso los clientes podemos interactuar con ellas y darles trocitos de frutas para que coman. Sé que no es la misma sensación, pero al venir a esta tienda me siento como si estuviera asomándome a un balcón para verlas comer y jugar, así como muchos amigos las ven desde los balcones de sus casas en Caracas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario