El año pasado sugerí que leyeran Malacitanus del autor malagueño Cristóbal Romero. Este año, para comenzar otro año de lectura, voy a recomendar la secuela de esa novela titulada “Asesinato en la Catedral”. En esta nueva aventura, el autor nos remite al descubrimiento del Teatro Romano en el subsuelo de la calle Alcazabilla en los años 50 del siglo pasado y que deja al descubierto un hallazgo que ocultó 20 siglos atrás el protagonista de Malacitanus, Quinto Elio Malacitanus, un potentado que pagó la restauración del teatro. En su vejez escondió en uno de los sillares de la cavea un pugio (puñal o daga) que según los augures estaba maldito, lo guardó en un ánfora con una serie de pergaminos. Con este descubrimiento arqueológico arranca “Asesinato en la Catedral”, novela que compagina la acción de los años 50 con los años 90 del siglo XX, junto a lo acaecido en el siglo I antes de Cristo. Un triple viaje en el tiempo que narra una triple historia. Romero confiesa que se sabe poco de la Málaga romana, por lo que para su próxima novela, ya en construcción, compaginará una trama de intriga entre la ciudad de Stuttgart de finales del XIX con la Málaga de los romanos. No quedará otra que esperar su publicación.
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