Cuando fui a Lisboa debo confesar que no tuve una muy buena primera impresión, me pareció una ciudad decadente y atrasada en el tiempo. Luego, con el paso de los años y revisando de cuando en cuando las fotos que tomé, me he dado cuenta de su encanto y aunque no es una ciudad que escogería para vivir, si es una ciudad a la que le daría una segunda oportunidad para visitar. Leyendo su historia me topé con una leyenda sobre el origen del nombre de la capital portuguesa. Cuenta esta leyenda que Ulises (Odiseo en griego) visitó Portugal tras huir de Troya. Dice que fue este guerrero heleno quien fundó la ciudad de Lisboa con el nombre de Olissipona. Los griegos, además, llamaban a Portugal Orphiussa (tierra de serpientes), nombre que también recibía una diosa del mar con forma de serpiente, que se enamoró de Ulises durante su periplo por las costas del Atlántico. La ciudad está rodeada de siete colinas que se formaron cuando Ulises partió de Olissipona en su nave Argos. Orphiussa quedó tan desolada por la partida de su amado, que sacudió con tal furia la tierra alrededor del estuario del Tajo que se formaron las referidas colinas. Otros dicen que estas colinas son las siete cabezas de esta diosa-serpiente.
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