El Castillo de Álora (población a 40 minutos de Málaga capital) recoge centenares de historias que pueden leerse en una placa a la entrada del enclave. De época visigoda, se dice que fue una fortaleza inexpugnable y que los musulmanes supieron aprovechar durante su dominio porque, debido a su ubicación sobre el Cerro de las Torres, podían ver todo el valle del Guadalhorse y avistar a muchas leguas de distancia el avance de sus enemigos. Fue objeto de distintos asedios, pero ninguno tuvo éxito. Tal fue su fama que le compusieron un romance: El Romance de Álora, en la que llaman a la fortaleza "la bien cercada". Tras la conquista católica, la población siguió viviendo dentro de sus murallas y sobre los cimientos de la mezquita se construyó una parroquia que hoy día es una capilla. Con el paso de los siglos, el asentamiento de la población fue ocupando
también la falda de la colina y el castillo se convirtió en el cementerio de la
Villa. Fue rescatado en 1931 cuando lo declararon Monumento Nacional. Hoy día es uno de los lugares más visitados de Álora y de los tres recintos que lo componen, sólo se ha restaurado y habilitado la Torre del Homenaje para las visitas.
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