viernes, 15 de junio de 2018

Introducción de mi novela En Buena Compañía

Estela era la única hija de cinco hermanos. Desde pequeña aprendió a jugar rudo y hacer todo aquello que sus hermanos mayores hacían. Cambió sus muñecas por los trompos y las perinolas, los vestidos de encajes por abultados bermudas y los grandes lazos que su madre solía ponerle en el pelo, quedaron guardados en el baúl de la casa.
Su madre siempre se preocupó en conservar la compostura de su hija para evitar las habladurías, pero Estela no paraba, ya sea encaramándose a los árboles, corriendo detrás de las gallinas o brincando la cerca. La pequeña siempre sabía cómo salirse con la suya. Con palabras zalameras conquistaba el corazón de su padre y aunque nunca le demostró afecto en público, los leves castigos que aplicaba a su hija, se diferenciaban de la severidad con la que trataba al resto de sus hijos.

Así empieza la primera novela que escribí en 1997 "En Buena Compañía" y la ilustro con una foto en homenaje a mi madre y mis tíos

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