En pleno
Barrio Árabe del centro de Málaga, entre las calles San Juan y Nueva, discurre
la llamada calle Cinco Bolas. Esta calle toma su nombre por las cinco bolas de
colores incrustadas en la pared de la Iglesia de San Juan (de la cual hablaré
en otra entrada). Existen varias teorías sobre el origen del por qué están estas bolas
en la pared. Una dice que se trata de balas de cañón que se colocaron como recordatorio
a la cruenta batalla que se libró en Málaga durante la reconquista católica.
Otra alega que junto a la iglesia había un convento de monjas que daba asilo a
las prostitutas y estas bolas en forma de cruz señalaba el lugar por donde los
nobles tenían que pasar para yacer con sus meretrices. Y una tercera teoría indica
que las bolas forman una cruz griega que representa al cirio pascual y cada
bola tiene un color distinto simbolizando la vida, la pureza, el sacrificio, la
penitencia y la luz del sol. Es tan popular esta iconografía que el año pasado
Simón Flyyn ganó el concurso fotográfico Pinturas Murales Barroca (foto que ilustra esta reseña) y en el 2014
el Festival de Cine de Málaga la usó en el diseño de su afiche promocional.
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