Bélgica también tiene sus leyendas. El Manneken Pis (niño meón en español) es una estatuilla de unos 50 ctms. que representa a un niño desnudo orinando en la pila de una fuente. Se encuentra en la parte antigua de la capital belga. La escultura no tiene nada de especial, pero si tiene varias historias asociadas a ella, que forman parte de la tradición de este país. Una de las varias leyendas cuenta que se trató de un niño que apagó la mecha de una bomba con su orina, cuando la ciudad estaba siendo sitiada. Otra leyenda dice que era el hijo perdido de una familia burguesa y al encontrarlo estaba orinando tranquilamente, por lo que sus padres decidieron hacerle una escultura para inmortalizar el momento. Los más supersticiosos afirman que fue un niño que se orinó en la puerta de la casa de una bruja y ésta, en venganza, lo convirtió en estatua. La estatuilla original fue robada en 1619 y se sustituyó por una copia que es la que se ha mantenido hasta el día de hoy. Como curiosidad adicional, en el S. XVII al gobernador de la ciudad se le ocurrió la idea de vestir al Menneken Pis con una túnica y desde entonces se hizo tradicional vestirlo cada cierto tiempo y en ciertas ocasiones. En el Museo de la Ville, situado en la Maison du Roi, se exhibe la colección de más de 600 trajes que forman el vestuario de este pequeño meón.
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