En el municipio malagueño de Sayalonga (Axarquía) se encuentra el único cementerio con base octogonal de toda España. Según creencias populares, se justifica el diseño redondo de este camposanto en la costumbre de no enterrar a los fallecidos dándose la espalda (aunque hoy día hay nichos en el centro del cementerio que rompen con esa simetría). Su origen data de 1846 y está inspirado en los caballeros templarios del S. XII. Más allá de una característica curiosa, su forma y su interior esconden símbolos masones como triángulos, pirámides truncadas y escalinatas de tres peldaños, debido, según cuentan los historiadores, a que el maestro albañil, Pedro Gordillo, pertenecía a una logia masónica. Este cementerio se usó como camposanto hasta 1980, año en que lo cerraron para más enterramientos y hoy día es un lugar de visita turística.
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