La porra antequerana es la versión malagueña del salmorejo cordobés. Es una sopa fría que se elabora con tomates, pan sin corteza, aceite, sal, pimiento verde y ajos. Su nombre deriva del utensilio llamado mazo o porra con el que se machacaban los ingredientes. Se sirve muy fría, acompañada de jamón serrano cortado en daditos, huevo duro y atún. Este último ingrediente, así como el pimiento verde, el vinagre y una textura más espesa es la diferencia con el salmorejo. El origen de la receta se remonta a la Roma Imperial, donde los campesinos la preparaban golpeando con una piedra los ingredientes depositados en un cuenco de madera. La masa obtenida se llamaba salmorium y se consumía como almuerzo para recuperar energías. Cuando los romanos ocuparon la zona de Antequera, dejaron allí este plato y siglos después, tras la conquista de América, los locales añadieron tomate y pimiento. Se puede hacer de forma tradicional, pero yo suelo hacerla con el ayudante de cocina (Thermomix) o comprando la marca García Millán, la más parecida a una porra casera que he visto en los supermercados.
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