El apagón digital de 48 horas (convocado y luego desconvocado por la Unión de Actores) para que las asociaciones, entes, instituciones, actores, bailarines y demás personal ligado al mundo de la cultura en España protestaran por no haber sido tomados en cuenta en las subvenciones que el gobierno dará en ayuda a los diferentes sectores económicos, que se han visto deprimidos por causa de la pandemia, trae consigo una reflexión. Resulta insólito que un sector que genera miles de puestos de trabajo y mueve dinero en nuestra sociedad, no se le ayude como a otros sectores, pero en este punto también se hace necesario que la cultura haga autocritica por la manera como la han gestionado sus dirigentes, permitiendo, entre otras cosas, que la izquierda politice a los gremios y la use como moneda de cambio, para atacar a todo aquello que no concuerda con el pensamiento progre. Es inconcebible que las redes sociales sean usadas por conocidas figuras del mundo artístico para burlarse de otras personas, situaciones o pensamientos y se haga chiste en nombre de un humor satírico y ofensivo que sólo complace a los palmeros y luego sean esos mismos rostros los que despotrican cuando no consiguen dinero público para sus proyectos o el de sus colegas. Una vez leí que quien hace chiste burlándose de otros, no es humor sino humillación. Como personas tienen todo el derecho a tener un pensamiento político, pero como artistas deben mantener la imparcialidad y ser neutrales porque su arte debería llegar a todas las personas sin importar la ideología, el credo, la religión y la sexualidad, pero últimamente sus temas y sus chistes sólo complacen a un bando. Cultura y política no deben ir de la mano, porque la cultura debe ser usada como vínculo de unión, pero la han transformado en la propaganda panfletaria de la izquierda. La política y los supuestos “servidores públicos” que se dedican a ella han demostrado que están para confrontar, dividir y separar y en ese juego no deberían caer, pero lo han hecho y seguro que muchos saldrán escaldados y bebiendo de su propio chocolate porque resulta irónico que quien les está dando la patada en el culo es un Ministro de Izquierdas... a que no les parece gracioso ahora.
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