La pronta exhumación del dictador Franco (tema muy de moda últimamente en España) se debe al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica aprobada en 2007. Esta ley establece, entre otras muchas cosas, que en cada Comunidad Autónoma deben haber lugares de Memoria Democrática en el entorno de su territorio. Estos lugares de Memoria Democrática son espacios vinculados a hechos o acontecimientos singulares ocurridos entre la sublevación militar contra el Gobierno de la II República, hasta la entrada en vigor de la Constitución Española de 1978.
La
Junta de Andalucía en 2011 declaró por Decreto (y esto conlleva el recordatorio
y reconocimiento de las personas que sufrieron violencia, vejación, persecución
o privación de libertad por ejercer sus derechos fundamentales, por defender
las libertades y la democracia) cincuenta lugares de Memoria Histórica y
Democrática en toda la Comunidad Autónoma.
En Málaga esos lugares son: Esquina
del asesinato de Manuel José García Caparrós (que comenté hace poco), Fosa
Común en el Cementerio de Istán en Marbella, Cementerio de San Lorenzo en
Ronda, Fosa Común del Cementerio de Teba, Fosa Común Cementerio de Villanueva
de Cauche en Antequera, Antigua Cárcel de Mujeres en Málaga capital, Antigua
Prisión Provincial, Fosa del Cementerio de San Rafael de Málaga, Palacio de la
Aduana de Málaga, hoy convertido en el Museo de Málaga (por haber sido la sede
de la policía secreta franquista y lugar de torturas) y la Carretera de Málaga
a Almería (por donde transcurrió el éxodo de malagueños conocido como la
desbandá de la que también hablé hace ya algún tiempo). Cada lugar tiene una
historia que contar.
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