Los parques Tivoli presumen de ser uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo. En 1843 se abre el primero en la nórdica ciudad de Copenhague, cuando el rey Christian VIII ordenó su construcción con la idea de dotar a la ciudad de un lugar de esparcimiento. Con el paso de los años, Tivoli se consolidó como marca y se esparció por otros países. A España llegó en 1972 y fue Málaga (Benalmádena para ser más exactos) la ciudad escogida para construirlo, convirtiéndose en el primer parque temático que se abría en el país.
Tivoli cambió el concepto turístico que se explotaba hasta aquel entonces, fomentando el ocio y el recreo familiar. Eran toda una novedad las 16 fuentes que jugaban con la luz; el agua y el sonido, el espectáculo de fuegos artificiales, que para entonces era el más grande y sorprendente del país, la montaña rusa, el lago con embarcaciones, la pagoda china. El teatro al aire libre (con aforo de 2.200 personas) también les dio popularidad, era su gran apuesta todos los veranos y por allí pasaron grandes artistas (sigue habiendo música en vivo pero con artistas locales o menos conocidos). Aunque hoy día no tiene el éxito de antaño (más que todo porque han surgido parques temáticos más modernos), ese aire de añejo le da un toque de nostalgia que a muchos sigue gustando. Yo he ido un par de veces (hace tiempo ya) y salvando las distancias, me hizo recordar al Bimbolandia, el parque temático de mi ciudad que disfruté cuando era niño.
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