Junto a la playa de Cabopino, una de las más orientales de Marbella (ciudad a 30 minutos de Málaga capital), aguarda un enclave de gran valor geológico. Se trata de las Dunas de Artola, un monumento natural que tiene casi dos mil metros cuadrados de extensión. No sólo se encuentra a pie de playa, sino que gracias a la pasarela de madera que instaló el Ayuntamiento de Marbella, se puede hacer una breve ruta de senderismo. Las dunas presentan una vegetación adaptada a soportar la fuerte insolación, la escasez de agua y el continuo azote del viento. Entre las especies más comunes se encuentran el barrón o el cardo
marítimo y, en la proximidad de la playa, es fácil observar el narciso de mar
Con las dunas está la Torre Ladrones, una antigua torre vigía de 15 metros de altura, lo que la convierte en la más alta de todo el litoral malagueño. Formó parte de un complejo dispositivo de defensa de la frontera marítima en la época musulmana y su nombre se deriva del vocablo ladronera, un recurso defensivo que consistía en un matacán o voladizo con un parapeto por el que se podía observar y hostigar a los atacantes. En 1985 fue declarada Bien de Interés Cultural.
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