Hace dos meses publiqué en mis RRSS la llegada del barco Nieuw Statedam de la compañía Holland América a Málaga y les dije que pronto daría noticias. Pues la noticia es que recientemente hice un crucero de una semana en este barco, saliendo de Fort Lauderdale y recorriendo cuatro islas: Half Moon Cay-Bahamas, Falmouth-Jamaica, Georgetown-Islas Caimán y Cozumel-México.
PRIMERA PARADA
La primera parada del viaje la
hicimos en Half Moon Cay, una isla privada en aguas bahameñas que pertenece a
la naviera Holland America Line (hay islotes y cayos que el gobierno de Bahamas
ha vendido a excéntricos millonarios y empresas de cruceros para sacarle
partido a las setecientas islas que conforman este país). Es un lugar
deshabitado, sólo tiene un bar y una cocina donde montan un buffet los mismos
empleados de la naviera y varias tiendas donde venden camisetas y recuerdos que
son atendidos por empleados que se trasladan hasta allí cada vez que un barco
tiene programado fondear (por ser de aguas poco profundas, no hay un puerto de
atraque, sino que el crucero fondea en alta mar y los pasajeros son
transportados en tenders o lanchas hasta la playa).
Del resto es disfrutar de
una naturaleza prácticamente virgen y una playa azul turquesa totalmente
paradisíaca de unos cinco kilómetros de longitud. Anteriormente esta isla
perteneció a la empresa Norwegian Cruise Line y se llamaba Little San Salvador
Island.
SEGUNDA PARADA
La segunda parada fue en el puerto de
Falmouth, Jamaica. Aquí no pudimos disfrutar de la ciudad porque este es el
puerto más alejado de las principales atracciones de esta isla (estábamos como
a unos cuarenta minutos en coche del centro) y muchas personas nos recomendaron
salir en una excursión, en lugar de patear la isla por nuestra cuenta, debido
al alto índice delictivo de la zona (de hecho leímos en distintos foros varias
experiencias desagradables de gente que salió por su cuenta a conocer la
ciudad). Así que no nos arriesgamos y contratamos una excursión a Dunn´s River
Falls, unas famosas cataratas que desembocan en la playa (también son conocidas
como Las Chorreras, nombre dado por los españoles cuando habitaban esta isla
antes de perderla con los ingleses).
Esta caída de agua, proveniente del Río
Dunn, está compuesta por terrazas con escalones gigantes, intercalados por
pequeñas lagunas, algunas profundas. Aunque el día no acompañó porque llovía,
lo único que nos impidió fue bañarnos en el mar porque las cataratas las
escalamos hasta donde está permitido y nos mojamos con el agua fría del río,
pasando un día divertido. Cosa que agradecimos porque las perspectivas
iniciales no eran muy buenas; sin embargo, a pesar de la lluvia y que conocimos
poco de la ciudad, echamos un buen día en Jamaica.
TERCERA PARADA
Nuestra tercera parada fue en
Georgetown, la capital de Gran Caimán, la isla más grande de las tres que
conforman las Islas Caimán. Aquí sin comerlo ni beberlo nos fuimos de aventura.
Quizás para algunos con alma más aventurera, un viaje a un banco de arena
ubicado en medio de la nada en alta mar para ver mantarrayas podrá parecerles
algo normal. Para nosotros fue una odisea, no porque fuera desagradable, todo
lo contrario, sino porque significó salirnos de nuestra zona de confort para
vivir una experiencia nunca antes vivida (ni siquiera en sueños).
En mis RRSS publiqué algunas de las fotos que nos hicieron nadando, tocando y hasta besando
a estos “Elasmobranquio Myliobatiformes”, según su nombre científico. Lo único
que puedo decir es que son babosas, su piel es dura e infunden mucho respeto
por su tamaño y su larga y áspera cola (son dentro de su especie las más
grandes del mundo y afortunadamente son de las pocas no venenosas que existen,
aunque pueden hacer daño con sus colas) y como dije en aquella publicación esta
experiencia primero fue terrorífica, pero luego muy divertida. También hicimos
nado submarino sobre la superficie (lo que llaman snorkel) y aunque no me fue
muy bien porque tragué agua varias veces, al menos pude ver un arrecife de
coral, unas tortugas marinas muy pequeñas y peces de diferentes especies. Una
vez que regresamos a tierra, nos fuimos a la playa Seven Mile a darnos un baño
en estas aguas verde esmeralda, consideradas de las mejores de la cuenca
caribeña. Aquí no estuvimos muchos tiempo, sólo el suficiente para relajarnos
un rato y luego regresar a dar unas vueltas por el centro comercial del puerto
y luego al barco.
CUARTA PARADA
La cuarta y última parada de este
crucero de una semana fue en la isla de Cozumel en México. En un crucero
anterior ya habíamos bajado aquí, pero aquella vez nos fuimos a Playa El Carmen
que está a 40 minutos en lancha, para pasar el día en tierra continental. Esta
vez nos quedamos en la isla y fuimos a Chankanaab (palabra maya que significa
pequeño océano), un parque nacional y zona de refugio para de más de 60 especies
marinas entre peces, tropicales, corales y crustáceos. Una de sus actividades
es el nado con delfines, pero lamentablemente no pudimos hacerlo porque ya
había comenzado la actividad cuando llegamos, pero si vimos un espectáculo de
leones marinos.
Nos bañamos también en una pequeña cala (toda rocosa por cierto, lo que
dificultaba el acceso al agua) y paseamos por la reconstrucción de un poblado
maya en tamaño natural con imitaciones de algunas de las esculturas más
significativas de esta civilización que se han encontrado a lo largo de los
siglos (publico más fotos de este poblado en el siguiente post). Como teníamos
todo el día para estar en Cozumel (el barco zarpaba a la medianoche), nos
fuimos como no a una playa “Carlos´n Charlie Beach”, comimos enchiladas y tacos
y luego dimos una larga caminata por el Centro Histórico de la isla.
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