Una de las cosas que llamó mi atención al entrar a la Catedral de Canterbury fue una inmensa exposición de ropa colgada del techo del Atrium central. Se trata de la obra Suspended de la artista británica Arabella Dorman. Con esta pieza hace una denuncia de la situación de los refugiados sirios (y de otras partes del mundo) en la Isla de Lesbos. Esta pieza está compuesta por la ropa que vestían muchos de los refugiados cuando emprendieron la marcha desde sus países de origen hasta la isla griega. Algunos no lo lograron. Hay expositores (que no me permitieron fotografiar) con miles de ropa y zapatos que el visitante puede tocar y palpar (hacen la advertencia de que todo está perfectamente esterilizado y limpio para que pueda ser tocado).
La idea es que sintamos en nuestra piel lo que estás personas sintieron en sus pieles cuando vestían esas prendas. Con esta obra se recaudan donativos que se destinan a proveer a estos refugiados de comida y ropa.
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