Hoy contaré una leyenda malagueña (aunque los gaditanos dicen que les pertenece pq el lugar donde ocurrió fue San Roque y no Málaga) sobre un pulpo que emergía todas las noches del mar, para comerse las piletas llenas de salazones y desechos destinados a la elaboración del garum (una salsa de pescado hecha con vísceras fermentadas, la cual decían era afrodisíaca). Para conocer su origen hay que remontarse al S. I DC, cuando Málaga era parte de la Bética romana. Plinio IX (escritor y científico romano) escribió acerca de un pulpo gigante que todas las noches traspasaba los vallados, trepando por los árboles, para comerse las salazones. Una noche fue descubierto por los perros y aunque atemorizó a los guardianes con sus bufidos y azotes de sus tentáculos, fue perseguido y asesinado a punta de arpón. Era tan grande que sólo su cabeza era del tamaño de quince ánforas.
Hace algunos años hicieron en Málaga una exposición sobre este legendario pulpo, colocando una réplica en cartón piedra del monstruo marino junto al Teatro Romano de Málaga, a raíz de una muestra organizada por el Ayuntamiento para exhibir los restos romanos hallados en ese lugar. Hoy día, el pulpo ya no existe La réplica fue retirada y llevada al Aula del Mar (museo marítimo que está en Muelle Uno), con la mala suerte de que el traslado no fue todo lo cuidadoso posible y parte de la figura se dañó considerablemente, sin que hayan destinado dinero para repararla.
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