El Molino de Benagalbón es una pequeña almazara familiar que lleva tres generaciones elaborando aceite de oliva mediante el sistema tradicional de piedras y prensa. Sus orígenes se remontan a la década de los años cuarenta. Es uno de los pocos molinos que quedan funcionando en España con arranque manual, lo que lo convierte en un museo activo del aceite de oliva. Está ubicado en una parcela privada del municipio de Benagalbón, un pueblo blanco que aún conserva su esencia andaluza. En el molino se produce aceite a baja escala para asegurar la calidad del producto. Al ver este molino de viento es inevitable pensar en los famosos molinos holandeses o, sin ir muy lejos, en los gigantes que describió el Quijote en sus andanzas por La Mancha y que aún se mantienen en pie.
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