La costa malagueña lleva siglos vigilada por torres y atalayas que durante años han sido fundamentales para evitar ataques piratas. Estos vestigios se han convertido en un conjunto patrimonial de gran valor histórico. Estas estructuras se encuentran en los lugares más
insospechados, desde las que están camufladas entre edificios residenciales
hasta las más inaccesibles por estar en acantilados. Aunque hay más de una
treintena de monumentos de este tipo, éstas son algunas de las más singulares. La mayoría son del S. XVI y de la época árabe.
Torre Chullera: la más occidental de todas, al límite con la provincia de Cádiz. Fue usada como torre vigía en el S. XVIII.
Torre de Quebrada: Está en Benalmádena y no resulta fácil avistarla por los edificios que la rodean. Su nombre se debe al deteriorado estado que tenia en el S. XVI. Se encuentra sobre una gran roca.

Torre Pimentel: Construida durante la época nazarí, se encuentra en pleno centro histórico de Torremolinos.

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