Al llegar a Praga tuve dos impresiones: la primera que el origen de las tantas leyendas y mitos sobre asesinos en series que tiene la ciudad se debe, en parte, a los muchos edificios medievales y góticos que abundan por los alrededores y la segunda que tuve la sensación de estar caminando por un museo arquitectónico al aire libre por los muchos estilos de fachadas que veía al paso por cada calle. Bien merecido tiene el nombre de ciudad encantada porque pareces estar metido en un cuento de hadas, caballeros y mazmorras.
Tenía altas expectativas con esta visita, muchas personas me habían hablado de esta ciudad y la verdad que no me ha defraudado. Ha sido una de las ciudades más hermosas que he visitado en los últimos años, con todo respeto por las otras ciudades que he visitado y que también me han impactado, pero Praga, por ahora se lleva el palmarés. Nos alojamos en el barrio judío. Les recomiendo que si van en grupo en lugar de quedarse en hoteles, procuren alquilar apartamentos, nosotros lo hicimos tanto en Budapest como en Praga y por persona salió muchísimo más económico, amén de ahorrarte dinero en comida porque los desayunos y las cenas las hacíamos en el apartamento, con la tranquilidad que da estar en una casa, descansando y, al mismo tiempo, compartiendo con los amigos una velada hogareña. Nuestra anécdota fue que al lado había lo que creíamos en un principio era un parque y al tercer día nos dimos cuenta de que se trataba del viejo cementerio judío, el que todo el mundo visita cuando va a Praga y por el que hay que pagar para entrar y tomar fotos, pues nosotros lo vimos y tomamos las fotos totalmente gratis, al menos el pedazo que se divisaba desde nuestras ventanas. Eso, sumado a que en el primer día nos compramos un títere en forma de bruja que al tocarle la barriga o aplaudir fuerte comenzaba a reírse, le dio a la casa ese toque misterioso por el que se ha caracterizado la ciudad.
Pero a lo que vamos, el itinerario y mis impresiones. El primer recorrido que hicimos fue al Castillo de Praga que está pasando el río Moldava por el famoso puente Carlos IV. Puente cuya anécdota es que el Rey Carlos IV lo mandó a construir y lo inauguró en días impares para atraer a la suerte. Demás está decir lo espectacular del puente, un viaducto gótico, repleto de estatuas, representaciones históricas de la ciudad y figuras religiosas. En una de ellas se representa el asesinato de Juan Nepomuceno, convertido en santo por la iglesia católica y que, según la leyenda, si lo frotas te da buena suerte. Por supuesto que lo hicimos, aunque no creamos en eso, pero como dicen, sólo por si acaso. Al otro lado del puente se encuentran: la isla Kampa, el Castillo y el barrio de Mala Strana, recorridos que tuvimos que hacer en varios días porque un solo día no te da para hacerlo. El primer itinerario fue el Castillo, un conjunto de edificaciones barrocas que alberga entre otras cosas el Palacio Real, la Catedral de San Vito, el convento de San Jorge convertido en iglesia, el callejón del oro (estaba en restauración y no pudimos verlo, pero destacar que allí se asentaron los alquimistas de la zona y fue hogar del gran Frank Kafka)y la torre de la pólvora que durante muchos siglos sirvió como laboratorio para intentar hallar la piedra filosofal. El castillo de Praga es el trono simbólico e histórico de las tierras checas, su visita resulta obligatoria para aprender un poco de la historia de este pueblo. El castillo está asentado en una pequeña colina y puede ser divisado desde cualquier parte de la ciudad. Por eso es el símbolo por excelencia de Praga. En los recorridos guiados cada parte tiene una numeración que te indica que allí sucedió algo importante. Nosotros nos conformamos con leer nuestras guías y enterarnos de algunos de esos acontecimientos. Solo decir que la República Checa ha sido sometida por otros pueblos innumerables veces a lo largo de su historia y de allí, creo yo, parte la desconfianza de su pueblo. La verdad que son gente desconfiada y arisca, pero no quiere decir que no te consigas con alguien simpático y amable de vez en cuando. Luego de ver el cambio de guardia del castillo (creo que quieren imitar el cambio de guardia que se hace en el Palacio de Buckingham en Londres, pero con la diferencia de que este se ve que está hecho solo como atractivo turístico porque no tiene sentido un cambio de guardia real en un país donde no hay rey y en un castillo donde no vive ningún miembro de la realeza), entramos a la Catedral de San Vito y a la Basílica de San Jorge. Resaltar que la Basílica de San Jorge fue construida en el año 921 y es una de las edificaciones religiosas de Praga más antiguas. Una vez hecho el itinerario, volvimos a cruzar el puente Carlos IV y dejar media tarjeta fotográfica tratando de capturar con la lente los miles de detalles que tiene y las vistas que pueden apreciarse. Para reafirmarse como un sitio de historias oscuras, apenas empezando el puente está el museo de los instrumentos de torturas usados en la época medieval y no lejos de allí está el museo del sexo, cuyos atractivos principales son los objetos de torturas sexuales usados en la edad media como fetichismo.
De regreso a casa pasamos por la Plaza de la Ciudad Vieja, un inmeso espacio peatonal donde se hallan la Iglesia de Nuestra Señora del Tyn, el Reloj Astronómico, la estatua en homenaje a Jan Hus, precursor del protestantismo religioso en Praga y, por ello, víctima de la inquisición católica y la casa de la campana de piedra, entre muchas fachadas y edificaciones con historias que rodean este bastión central. La plaza tiene mucha animación y es especialmente agradable sentarse en uno de los tantos cafés que la rodean y observar el movimiento humano y, sobretodo, su arquitectura. Esta plaza, sin embargo, no la visitamos en detalle sino a los dos días. En otoño los días son muy cortos y ya a las 4 y media de la tarde oscurece y aunque era encantador pasear bien abrigados, no lo era tanto para sacar buenas fotos, al menos no con mi cámara. Así que preferimos hacer los itinerarios temprano, para luego disfrutar de largas y agradables caminatas por las innumerables calles del centro, del frío, la noche y del turismo incansable que rodea a la ciudad. Visto el movimiento humano, creo que es mejor ir en esta época del año (mes de noviembre) porque si así es el ajetreo turístico por estas fechas, no quiero pensar como será en verano…seguramente insoportable por el gentío y el calor (o la calor como dicen en muchas partes). Luego de las últimas fotos del día, a casita a cenar y a descansar.
El tercer día pensamos ir a la Colina Petrñn, pero como nos llovió, cambiamos el itinerario y recorrimos nuevamente la Ciudad Vieja y fuimos a la Ciudad Nueva. Fue una larga caminata donde vimos nuevamente la Plaza de la Ciudad Vieja, subimos a la torre del reloj astronómico a ver las vistas de la ciudad (altamente recomendable), luego, a la hora en punto, nos colocamos frente al reloj para escuchar las campanadas. Este reloj posee en la parte superior los signos zodiacales, indicándote su alineación solar cada hora y en la parte inferior un calendario, se supone que da la hora precisa. Una calavera tira de la cuerda haciendo sonar una campana, al tiempo que dos puertas se abren para ver desfilar a una serie de figuras que representan a distintos personajes históricos del país y terminar con el son de una marcha, supongo yo con algún significado porque es bastante característica. Luego de repasar el cuadrado que representa el ayuntamiento de la ciudad vieja, recorrimos las estrechas calles de la zona y pudimos admirar a la Praga medieval. Durante siglos la calle Karlova fue la arteria principal y a lo largo de ella se encuentran casas y tiendas con fachadas renacentistas y barrocas. En este recorrido pudimos ver la Capilla de Belén, la Iglesia de San Gilles, la Plaza Marianske, la Plaza de los Caballeros Cruzados, la Iglesia de San Francisco, el Clementinum (seminario fundado por el Estado en 1783 que sustituyó a la antigua universidad jesuita). No alcanza el tiempo para ver cada edificación de este trazado. Decidimos tomarnos un café y luego dirigirnos a la Ciudad Nueva, donde están la mayoría de las tiendas comerciales y de marcas de la ciudad y la Plaza Wenceslao, patrón de Praga. Cuentan que la abuela de este príncipe le inculcó valores y principios morales para que gobernara con dignidad. La madre de Wenceslao sintió tal recelo de la abuela, que mandó a matarla para quitarla del medio y encargarse ella sola de la educación de su hijo. No tengo referencias que haya sido un mal rey, así que no creo que haya heredado la maldad de su madre, sino lo poco o mucho que pudo su abuela enseñarle le sirvió para el resto de su vida. En este recorrido llegamos hasta el Teatro de la Ópera y al edificio danzante, llamado así por su extraña arquitectura. Dicen que el arquitecto se inspiró en los bailes de Ginger Rogers y Fred Astaire para diseñarlo, de allí que lo llamen el edificio danzante. Desde la rivera del río Moldava tomamos fotos de la otra orilla del río y a casita temprano para prepararnos para ir al Teatro Negro de Praga, habíamos comprado entradas para la funcón de esa noche. Vimos Visiones de Alicia, una obra basada en el cuento de Lewis Carrol, Alicia en el País de las Maravillas, pero con la diferencia que el autor de la obra se plantea la vida de Alicia ya adulta y cómo su experiencia infantil pudo marcar su vida. Lo importante a destacar son los efectos especiales, típicos de este tipo de teatro que visto en vivo impresiona más que si alguien te lo contara. Así que no voy a detenerme a comentar la obra, pero si algún día tienen oportunidad de ir a ver el teatro negro de Praga, no lo dudéis. Comentar también que me llamó la atención que los mensajes de apagar el móvil, guardar silencio, etc,etc,etc, lo decían en 5 idiomas, incluyendo el español. Es notorio porque he ido a distintas obras en varios países y siempre los mensajes los dicen en inglés o francés o alemán, pero nunca en español, así que fue algo que agadecí no porque no sepa hablar inglés sino porque al fin alguien tomó en cuenta las bondades de mi idioma.
Al día siguiente como amaneció despejado, fuimos a la Colina de Petrñn, donde está ubicada una réplica de la Torre Eiffel en miniatura (bueno miniatura...es la mitad del tamaño de la original. Para ir al mirador hay que subir exactamente 299 escalones. Nosotros lo dejamos pasar porque a estas alturas estábamos ya exhaustos de tanto caminar). Este extenso parque se eleva sobre los tejados de la ciudad y se puede llegar a él andando o en funicular (nosotros escojimos lo segundo y no hace falta decirles por qué). Desde lo alto se disfrutan unas vistas estupendas de la ciudad y, además, podemos ver el estadio Strahov que según lo indica un cartel es el estadio más grande del mundo; el laberinto de los espejos (nada del otro mundo, los típicos espejos que te hacen más gordo o más flaco o más alargado o más enano); el muro del hambre, muro que el Rey Carlos IV ordenó construir para dar empleo a la parte más pobre de la ciudad, es un simple muro que no tiene ninguna función, pero las intenciones que hubo detrás de su construcción le da un significado especial; la iglesia de San Lorenzo y la iglesia de San Miguel. De la Colina de Petrññ nos fuimos a la isla Kampa y allí vimos la que dicen la calla más estrecha del mundo (aunque averiguando por internet descubrí que la calle más estrecha está en Alemania), la calle es la entrada de un restaurante y solo cabe una persona a la vez, así que hay un semáforo que te indica si puedes bajas (si el muñequito está en verde) o si no puedes bajar (si el muñequito está en rojo). Pasamos por el muro homenaje a John Lennon. Estos graffitis fueron pintados en la época comunista cuando los hippies de Praga libraron una batalla frente a ese muro con la policia secreta, pues las autoridades intentaban impedir que los artistas plasmasen sus grafitos. La figura de Jonh Lenno fue dibujada por un estudiante extranjero poco despuués de su asesinato y desde entonces se tomó como lugar de culto. De allí fuimo a la iglesia de San Nicolás (en Praga hay dos: una en este barrio de Mala Strana y otra en el Ayuntamiento ambas hechas por el mismo arquitecto, por lo que son exactamente iguales).
Habíamos dejado el último día para visitar el barrio judío y el cementerio, sin percatarnos que era sábado y que ese es el día de reposo para los judío, por lo tanto las sinagogas no estaban abiertas al público turista ni el cementerio, pero como dije al pricipio, la suerte de estar al lado de una parte del cementerio, nos permitió tomarle fotos aunque no lo hayamos visitado.
Resumiendo, el viaje me gustó mucho. No quiero comparar las dos ciudades porque cada una tiene su encanto y, además, creo que Praga se llevaría por los cachos a Budapest en belleza. Solo decir que es un viaje que bien vale la pena realizar y de disfrutar. En mi perfil de facebook he publicado un album con algunas de las fotos que tomé.
Un espacio para expresar mis ideas, pensamientos y sentimientos, compartiéndolo con todos aquellos que quieran interactuar conmigo e intercambiar sus ideas, sus pensamientos y sus sentimientos.
sábado, 27 de noviembre de 2010
viernes, 26 de noviembre de 2010
Las tres ciudades
Budapest tiene el encanto de lo antiguo, las fachadas de los edificios más céntricos expresan los años de historia de la ciudad, sus luchas, conquistas y derrotas. Me sorprendió saber que la capital de Hungría la conforman la unión de tres ciudades y no de dos como erróneamente creía: Buda, Pest y Óbuda y que apenas en 1873 se unieron para crear lo que hoy se conoce como Budapest. Pero hay otras cosas que también me sorprendieron de la historia de Hungría y es que actualmente todo el país ocupa solo la cuarta parte de lo que era originalmente porque en 1920, hace menos de un siglo, perdió todo su territorio al firmar un tratado de reconciliación: Transilvania que siempre la hemos asociado a Rumania, pues resulta que originalmente perteneció a Hungría y lo que hoy día es Serbia, Croacia y Eslovenia también fueron territorios húngaros a principios del siglo XX. Fue totalmente esquilmada de sus territorios y quizás por eso, viéndose indefensa ante los acontecimientos históricos ocurridos durante la primera parte del S. XX, se unió a la consigna Nazi para evitar ser bombardeada y perder lo poco que les quedaba. Aunque algunos edificios y barriadas no escaparon de la fuerza arrasadora de los aliados durante la II Guerra Mundial y hoy día son reconstrucciones que intentan revivir las glorias pasadas. Di una vuelta por el barrio Judío, convertido en gueto durante el nazismo y me dio la sensación de estar detenido en el tiempo. Sus edificaciones no se renovaron y su gente mantiene con orgullo su creencia religiosa. Es fácil reconocerlos al verlos por las calles porque su forma de vestir los delata. Me dio un poco de tristeza pensar en los horrores cometidos contra esa gente y al ver a las personas mayores caminar por la calle, sobrevivientes quizás del infierno, comentaba con mis amigos qué tipo de torturas habrán sufrido y cuantas historias tendrán para contarnos. Pero a pesar de ese pasado, Hungría puede jactarse de poseer la sinagoga más grande de Europa, majestuosa edificación que quizás calmó muchos sufrimientos. Intentamos acceder al interior pero, lamentablemente, el día que fuimos se estaba celebrando un acto caritativo y la entrada era por invitación, ni modo, nos quedamos con las ganas porque con las cosas que aún faltaban por ver, no nos daba tiempo de volver.
Pero empecemos por el principio. Fui a Hungría con la errada idea de que aún estaba militarizada. Al menos eso fue lo que me contó un amigo que había estado allí hace 11años. Me dijo que en el aeropuerto te recibían policías vestidos como los hemos vistos en las películas nazis, armados con inmensos fusiles...totalmente falso. No vi ni uno. Aunque el día antes de irnos a Praga, fuimos a la Plaza de los Héroes y allí estaban acordonando el lugar, quizás por algún acto público que se celebraría y los policías tenían el uniforme caqui típico de las películas, pero a diferencia de hace 60 años eran amables y no disparaban primero y preguntaban después. He de decir que también fui con la errada idea de que Budapest era una ciudad muy insegura (yo pensé bueno quizás no se han dado una vuelta por Caracas para que vean lo que eso significa), incluso el día que subimos al Barrio del Castillo, al lado del Palacio Real está el Palacio de Sandoz, que hoy en día es la residencia del presidente húngaro. A mis amigos no se les ocurrió otra cosa que colarse por debajo de unas cadenas para hacerse fotos en la caseta del vigilante de la residencia presidencial. Un señor, suponemos que húngaro, nos advirtió del peligro de lo que estábamos haciendo y nos aclaró que no estaba permitido, pero nos dijo que los policías tenían orden de disparar sin preguntar. En principio, nos aterró la idea de morir tan jóvenes, pero luego, al ver al policía acercarse a nosotros y no decir nada, pensamos que la gente tiene paranoía de los cuerpos policiales y que aún tienen muy marcado el recuerdo de su crueldad. Menuda tarea tienen hoy en día esa gente para cambiar la imagen hostil que han dejado.
El barrio del Castillo está enmarcado por el antiguo Palacio Real y dos castillos de la edad media, hoy día esas edificaciones sirven de sede para la Galería Nacional de Hungría y distintos museos, estuvimos tentados a entrar en la Galería pero visto el itinerario que teníamos en mente, desistimos de la idea. En su lugar nos dedicamos a recorrer las callejuelas medievales del barrio, a admirar la vista del Danubio y a tomar muchísimas fotos del Parlamento húngaro visto desde la orilla opuesta del río. Es lamentable que tan bella edificación no tenga la iluminación adecuada por las noches para realzar aún más, si se puede, su belleza arquitectónica. Debo decir que en general las noches eran poco iluminadas. Me acordé mucho cuando estuve en Berlín que la ciudad me pareció gris y sosa, pues Budapest fue algo similar. La mentalidad comunista-nazista al parecer no les permitía iluminar las calles y es una pena porque hay tantas edificaciones que impactan que si estuvieran iluminadas adecuadamente por las noches, dejarían a más de uno con la boca abierta. Al lado del Palacio Real está la anteriormente mencionada residencia del presidente húngaro, la cual pasamos de largo para evitar represalias por habernos colado en la caseta del vigilante y, a lo largo del recorrido, enmarcado por fachadas góticas y medievales se encuentran la Iglesia de Matyas, el Bastión de los Pescadores, la iglesia de Santa María Magdalena (ruinas), el laberinto (subterráneo usado por el ejército húngaro para esconderse de las tropas enemigas y es literalmente un laberinto) y finalmente la Puerta de Viena (antigua salida a Austria). Trataré de explicar brevemente cada cosa porque con todo lo que vi creo que un solo artículo no bastará. Este recorrido fue declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad y no les falta razón porque la ciudad medieval de Buda tiene todos los elementos que la consagran como un lugar único: historia, belleza y, sobretodo, encanto. La iglesia de Matyas tiene una historia particular, durante la Edad Media los húngaros tenían prohibido su acceso porque solo se permitían la entrada a los alemanes, a raíz de eso los habitantes pobres de la ciudad construyeron la iglesia de Santa María Magdalena para tener un lugar de culto. Luego, durante la invasión turca, la iglesia de Matyas fue convertida en mezquita. Cuenta la leyenda que en 1686, la virgen se apareció entre los turcos que oraban y éstos tomaron la aparición mariana como una señal de derrota. La mayoría de estas edificaciones fueron destruidas durante la II Guerra Mundial y no fue sino hasta mediados de los 60 en el siglo XX cuando fueron restauradas. Desde el Bastión de los Pescadores, un mirador-monumento en estilo neorrománico construido en homenaje a los pescadores del lugar, se observan unas vistas espectaculares de la ciudad de Pest.
Al día siguiente hicimos un recorrido por el Parlamento húngaro. Su interior está repleto de pasillos lujosos, estatuas representativas, cuadros de grandes artistas locales y guardada en una urna de cristal, las joyas de la corona del rey Esteban, primer rey húngaro y el único que se representa con la corona puesta. La entrada principal solo se abre cuando se realizan reuniones donde se invitan a los grandes dignatarios y a los reyes de otros países. Actualmente el Parlamento húngaro lo conforma la cámara alta que se reúne en el lado de la edificación que no está abierta al público. La cámara baja fue eliminada recientemente y se convirtió en el Tribunal Supremo de Justicia. Esta edificación tiene dos alas exactamente iguales en tamaño y decoración (la única diferencia, según contó la guía, es el color de las alfombras en un lado es roja y en el lado donde estábamos era azul), lo que vimos en nuestro recorrido es lo que hay en la otra ala, la única diferencia es la exhibición de las joyas de la corona (además del color de la alfombra). La zona que rodea al Parlamento rezuma historia y poder con sus grandes plazas, anchas avenidas y arquitectura secesionista, legado del imperio austrohúngaro. Cerca pueden encontrarse dos de las construcciones más importantes de la ciudad (a parte del Parlamento): la iglesia de San Esteban y el Teatro de La Ópera. La cúpula de la basílica de San Esteban puede observarse desde cualquier punto de la ciudad y posee la misma altura del Parlamento, cuando éste se construyó el arquitecto no quiso hacer una edificación más alta que la iglesia del santo para no quitarle esplendor. La iglesia conserva la mano derecha momificada de Esteban, la historia cuenta que cuando canonizaron al Rey Esteban, alla por el año 1086 (50 años después de su muerte), exhumaron su cadáver y hallaron la mano derecha en perfectas condiciones, desde entonces ha sido motivo de culto por la parte más creyente del pueblo húngaro, atribuyéndole innumerables milagros. Tanto que dentro de la misma basílica hay una capilla dedicada a esa mano y en donde se la exhibe dentro de una urna de cristal (aunque debo decir que no pude distinguirla con tantas luces enfocándola). Ese día también pasamos por la sinagoga más grande de Europa, como comenté anteriormente y caminamos por la Andrassy Utca y la Váci Utca, las dos calle comerciales por excelencia de la ciudad. Utca es calle en húngaro.
El penúltimo día fuimos a la isla Margarita, un bastión vegetal en medio del Danubio (usado como coto de caza en la época medieval). Esta isla lleva el nombre de la hija del rey Béla IV, del siglo XIII, que pasó la mayor parte de su vida enclaustrada en el antiguo convento. Cuentan que el rey le prometió a Dios que su hija viviría el resto de su vida allí, si los libraba de los turcos. El milagro se dio y el rey cumplió su promesa (menuda ganga prometer desgraciar la vida de otros a cambio de un beneficio personal porque, a fin de cuentas, la promesa lo llevó a seguir reinando en Hungría muchos años más). El paseo por toda la isla dura más de dos horas, hicimos la caminata y la verdad que fue encantador pasear a la orilla del Danubio y ver a lo largo del paseo las dos fachadas de las antiguas iglesias católicas que aún se mantienen en pie, los amplios jardines y sobretodo, la tranquilidad que se respira.
De allí nos fuimos a la zona de Vársoliget y vimos lo que para mi fue, después del Parlamento, la edificación más bonita de la ciudad: el Castillo Vajdahunyad, una combinación de estilos románicos, góticos, renacentista y barroco. Fue construido para la celebración del centenario de la unión de las ciudades y representa la evolución arquitectónica de Hungría. También vimos el Museo de Bellas Artes, que por cierto ofrecía la retrospectiva de la pintura de Botero y la plaza de los Héroes. Lo único que no pudimos visitar fueron los balnearios, muy famosos a nivel mundial, pero siempre lo tendremos como excusa para volver.
Mención aparte son las vistas desde el Puente de las Cadenas, uno de los 4 puentes (y el más importante) que unen a las dos ciudades. El Danubio en su majestuosidad y las edificaciones a ambos lados del río hacen de estas vistas algo inolvidable. Resumiendo, Budapest me gustó, es una ciudad fácil de caminar y aún cuando el húngaro no hay quien lo entienda, con un plano de la ciudad te mueves como pez en el agua y medio machacando el inglés te comunicas perfectamente con las personas, las cuales resultaron muy abiertas y amables. Aquí publico una pequeña muestra fotográfica, en mi perfil de facebook he publicado un album más completo.
lunes, 23 de agosto de 2010
Maravillas de Jordania
Este año decidí volver al Oriente Medio, luego de mi excelente viaje a Egipto el año pasado, pensé seguir descubriendo esa zona llamada Extremo Oriente por su ubicación límite entre Asia y África. El Reino Hachemita de Jordania es su nombre oficial, se conocíó hasta 1950 como Transjordania por estar ubicado al este del mítico río Jordan en contraposición de Cisjordania que está al oeste y hoy día se le conoce como los Territorios Palestinos o Palestina, aunque los habitantes de Jordania prefieren llamar a esa extensión territorial por su nombre original. Te sorprende llegar a Jordania porque no sabes hasta que punto está influenciado por sus vecinos. Su ubicación geográfica es una verdadera bomba de tiempo y, sin embargo, el Rey Hussein (primero y luego a su muerte su hijo mayor quien lo sucedió en el trono, el rey Abdallah) han sabido establecer buenas relaciones diplomáticas con todos, manteniéndose al margen de cualquier conflicto que lo circunda. Limita al norte con Siria (los que han ido a Siria saben que luego no pueden entrar a Israel porque ambos países no tienen buenas relaciones diplomáticas), al noroeste con Irak (mi primera excursión a los Castillos del Desierto me llevó a estar a 100 kilómetros de la frontera Iraquí), al este y sur con Arabia Saudita (el único que está en paz con todos), al suroeste con el Mar Rojo y al otro lado del Mar, en el horizonte, se divisa Egipto y al oeste con nada más y nada menos Israel y Cisjordania (desde el Monte Nebo, en un día claro, se pueden divisar ambos territorios, yo lamentablemente tuve que imaginármelos porque el día que fui había mucha calima y el horizonte se veía como si estuviera nublado). Sin embargo, te encuentras con una país que busca la modernidad, afable y con una mentalidad que dista de los radicales musulmanes (aunque también te encuentras con algunos de ellos). Desde que el Rey Hussein llegó al trono, se propuso cambiar los desérticos suelos jordanos por ciudades pujantes y modernas. Es el caso de Amman, capital del país, que se encuentra entre las 10 ciudades más seguras del mundo y tiene un desarrollo urbanístico impresionante. Con proyectos de construcción de grandes rascacielos y un sinfin de franquicias americanas y europeas operando. La característica de esta ciudad es que la conforman 27 colinas donde han construido viviendas, negocios, oficinas, parques, hospitales, escuelas, etc, etc, etc. Te da la sensación de estar en un constante sube y baja (me recordó mucho a las calles de San Francisco) porque las colinas ocupadas (no todas las 27 colinas están habitadas) se comunican entre si. De 4 escuelas que existían en los años 60 han pasado a más de 4 mil, porque el Rey se propuso educar a su país para sacarlo de la ignorancia y lo ha hecho con creces ya que la mayoría de los ciudadanos no solo hablan árabe, sino inglés y muchos francés y las universidades cubren la ocupación máxima de estudiantes.
Hay cuatro características de la idiosincracia jordana que me llamaron la atención: una es que no les gusta dar cambios, tienes que pagar el precio justo o que te devuelvan el menor cambio posible, si mostrabas un billete de 20 ó 50 dinares te pedían que lo cambiaras para pagar, a este detalle le sumo que casi todos tenían los billetes guardados en grandes fajos dentro de sus bolsillos (incluso en los hoteles donde estuve hospedado), las cajas registradoras las usan poco. Otra característica que me llamó la atención es que (se ve más en los pueblos que en la capital) la mayoría de las personas las veías descansando sobre sus esterillas, incluso los vendedores en las jaimas, desde sus sitios de descanso, te iban diciendo los precios de las cosas sin molestarse siquiera en levantarse a enseñarte los productos que vendían y la cuarta característica (y positiva) son amables, siempre te ofrecen una tacita de te (la única ocasión que dejan su sitio de descanso para atenderte) y una sonrisa y no están encima de ti tratando de venderte algo (a diferencia del año pasado con los egipcios que se volvían insoportables rodeándote a cada paso sin darte tregua ni descanso).
El viaje lo hice en 7 días, visité Ammán, los Castillos del Desierto, el Mar Muerto, Madaba, Nebo, Kerak, Petra, el desierto de Wadi Rum, Aqaba, Jerash, Ajloun y de vuelta a Ammán para pasar los dos últimos días. En líneas generales me gustó el viaje, solo que se me hacía largo viajar de un sitio a otro en autobus porque muchas veces estábamos hasta 4 horas rodando. Lo que más me llamó la atención fue la Ciudad Petra, el Mar Muerto, Aqaba (por el resort donde estuve y las cristalinas aguas del Mar Rojo) y Jerash, donde se encuentra una de las mejores ciudades romanas conservadas en el mundo. Lo que menos me gustó fueron los Castillos del Desierto (creo que si solo hubiéramos visitado el Castilo de Amra hubiera sido suficiente), Monte Nebo y Ajloun, más que todo porque me decepcionó un poco que se crearon muchas expectativas y saqué poco de esas visitas (amén de que para llegar a esos sitios rodamos mucho y cuando llegamos ya veníamos cansados por el viaje).
Jordania es rica en historia. Desde la antiguedad se han sucedido diversos acontecimientos vividos por el pueblo elegido, fueron las tierras a las que llegaron los judíos en su huida de Egipto. Estuve cerquita del lugar que se dice Moisés abrió las aguas del Mar Rojo para que el pueblo pasara en seco y llegara al desierto y vagara en él durante 40 años. También fue el lugar desde donde Moisés divisó la tierra prometida, tierra que no llegó a pisar por haber dudado de su fe. Se dice que allí enterraron los restos mortales del profeta, cuyo lugar está señalado por la cruz de hierro con la serpiente enredada como símbolo de los milagros obrados por él. Hoy día es el ícono que identifica a los farmacéutas. Pero no solo hay acontecimientos que se refieren al pueblo bíblico, sino también fue la tierra donde florecieron grandes culturas como la de los pueblos Omeyos y Nabateos y surgió la figura mítica del soldado inglés inmortalizado con el nombre de Lawrence de Arabia. En fin, no quiero hablar de la historia conocida porque se puede revisar fácilmente a través de internet. Solo reseñar que la riqueza histórica se palpa a través de sus paisajes, su gente, su comida, el aire que se respira, sus valles, en general, Jordania respira historia, pero también expresa sus deseos de estar a la altura de las grandes ciudades del mundo. Combinando lo clásico con lo moderno, lo viejo con lo nuevo, lo tradicional con lo internacional.
Ammán, la ciudad capital está dividida por zonas de acuerdo al poder adquisitivo y la zona C y D (el oeste de la ciudad) es moderna y actual. Incluso las mujeres están lejos de la religión más tradicional y es normal ver a la joven generación bailando y tomando libremente (pero solo se ve en el oeste de Ammán, en las zonas A y B están las típicas mujeres musulmanas de velo y burka, al parecer la pobreza está proporcionalmente relacionada con la religión. Mientras más pobres son más practicantes del radicalismo religioso y mientras más dinero se tiene, al parecer, hay mayor libertad para vivir sin los prejuicios religiosos). Aunque hay que acotar también que los sitios donde expenden bebidas alcohólicas son muy contados. De hecho, nos costó mucho encontrar uno porque nadie sabía de ninguno. Esa noche vimos parte de la vida nocturna de Ammán y la verdad que no difiere en nada de una salida nocturna en cualquier parte del mundo occidental. Complementamos esa noche yendo a un bar típico a probar las famosas shishas, llamadas en Jordania Arggela. Como no fumo, solo le di una calada nada más para probar. Casi me ahogo, pero debo decir que me supo a frutas. Es interesante el proceso de mantener encendidos los carbones que hacen que el agua que contiene el envase nunca se enfríe. Tres piezas pequeñas incandescentes de carbón se colocan sobre un papel de aluminio en el tope de la shisha, cubriendo el polvillo aromático que le da sabor. El camarero pasa a cambiarlos cada 20 minutos por otras tres piezas, una vez que han perdido su calor y así está hasta que el cliente haya terminado de fumarla o se haya cansado (parecía interminable). Quizás para quien antes haya fumado shisha no es una novedad lo que estoy diciendo, pero para mi si lo fue porque nunca había visto a nadie fumar una.
Voy a detallar las cosas que más me impresionaron Primero la Ciudad Petra, declarada como Parque Nacional Arqueológico en 1993 y una de las nuevas 7 maravillas del mundo. Antes de entrar a la ciudad recorres un largo camino pedregoso hasta llegar al siqh o túnel (el mismo camino pero rodeado de gigantescas rocas que van cerrándolo hasta convertirlo en un túnel. La altura de muchas de ellas alcanzaban fácilmente los 200 metros). Al convertirse en un cañón cerrado, muchas personas pensaron que era un camino sin salida. De allí que se mantuvo oculta al mundo muchos siglos, hasta que al principio del s. XIX un expedicionario suizo se arriesgó a recorrerlo, encontrándose con esa maravilla. Una vez que recorres el siqh, lo primero que te encuentras es con la fachada del Tesoro o Tumba de los Obeliscos, lugar de adoración de los nabateos. Es la fachada más conocida de la ciudad. A lo largo del recorrido (casi dos horas y media), te encuentras con un sinnúmero de fachadas representando tumbas y cámaras funerarias y las mismas están colocadas por categorías. Las más conocidas, además del Tesoro, son la calle de las fachadas y el sepulcro de las 17 tumbas. También te encuentras con un teatro romano esculpido en la roca. Me impresionó esto porque si era una ciudad de difícil acceso, ¿cómo es que tiene un teatro romano? La explicación del guía fue que la única vez que conquistaron a la ciudad fue en el año 106 a.c. por los romanos que introdujeron parte de su cultura a Petra, no solo construyendo el referido teatro, sino también iglesias y foros, muchos de los cuales se han perdido. Dicho esto, continuamos nuestra andadura hacia la parte superior del valle donde está el Templo de la Princesa o lo que queda de él, desgastado y erosionado por el tiempo y por el mal uso que se le dio durante los años que los beduinos usaron este valle como vivienda. Al finalizar el recorrido, llegamos a la falda de la montaña que te conduce al otro "tesoro" que esconde la ciudad: El Monasterio. Fue una subida de unos 900 metros aproximadamente (tardamos una hora porque yo, particularmente no podía con mi alma. Cosas de la edad supongo, pero digo algo a mi favor eran las 2 de la tarde, ya habíamos realizado una caminata de casi 2 horas para llegar a ese sitio y hacía 50 grados de temperatura. De hecho, a varios del grupo les dio un golpe de calor, así que fui afortunado de no sufrir nada, solo el cansancio). Pero si confieso que cuando llegué a la cima, me decepcionó un poco el Monasterio porque era una fachada muy similar a la del Tesoro, creo que ese esfuerzo valía encontrarse con algo más impresionante, aún así no me quejo porque toda la ciudad en su conjunto es preciosa.
La otra visita que me impresionó fue la del desierto de Wadi Rum. Al sur de Petra, cerca ya del Mar Rojo, se extiende este desierto, sin duda, uno de los mas bellos del mundo. Sus doradas arenas y moldeadas montañas rojas han sido escenario de las aventuras de personajes como Lawrence de Arabia y de multiples películas de Hollywood. El libro Los 7 Pilares de la Tierra se inspiró en las aventuras del soldado británico y muestra en su esplendor al desierto. La única forma de explorar este bello lugar es en un vehiculo 4x4, conducido por algún guía beduino. Al igual que la Ciudad Petra, solo los beduinos tienen la exclusividad para trabajar en este desierto. Dos ciudades facilitan la entrada al desierto: Rum y Diseh. Rum es un pequeño pueblo beduino, que está formado por chabolas. Se me presentó la oportunidad de pasar la noche en una típica jaima pero preferí irme a Aqaba a pasarla en el resort frente al Mar Rojo y no me arrepentí porque los que decidieron pasar la noche en el desierto se quejaron del excesivo calor y de las incomodidades de la jaima.
La tercera visita que me agradó, más que todo porque descansé de tantas caminatas y del sol abrasador, fue Aqaba, ciudad que queda en la parte sur de Jordania y a solo 50 kilómetros de la frontera con Arabia Saudí. Se le conoce como el caribe oriental. Me bañé en las aguas cristalinas del Mar Rojo, muy cerquita del golfo de Suez, lugar donde se supone Moisés abrió las aguas del mar para que el pueblo judío cruzara en seco. De hecho, desde la orilla se ven las montañas egipcias que el pueblo judío cruzó para escapar de la persecución egipcia. Mi habitación daba a un pequeño jardín que conectaba directamente con la piscina y más allá se veía el mar. Lo único malo eran los corales y rocas que adornan su orilla, tanto así que hay que meterse con zapatillas o usar la plataforma flotante que hay instalada para entrar más allá de la orilla. Como de lo bueno siempre hay poco, el día que duré allí pasó muy rápido y tuve que volver a Ammán en un viaje de casi 5 horas a pasar el último día de mis vacaciones.
Ese último día fui a Jerash donde se encuentra la ciudad romana, una de las mejores conservadas en el mundo. También me impresionó sobremanera lo bien que se ve, pero su visita fue un visto y no visto, por eso tomé pocas fotos. Las estructuras más destacadas de la ciudad son: el Arco de Adriano, el circo / hipódromo, dos inmensos templos dedicados a Zeus y Artemisa. Una vez que terminamos la visita volvimos a Ammán. En líneas generales me gustó Jordania con sus cosas buenas y sus cosas malas y es un viaje que definitivamente aconsejaría hacer. Todas las fotos fueron tomadas por mi y en mi perfil de facebook he publicado un albúm con más fotos para los amigos que desean verlas.
sábado, 29 de mayo de 2010
Democracia puta
Editorial publicado por el periodico paraguayo ABC Color. La verdad, por más que se la quiera tapar, no se puede ocultar.
En estos días actuales las democracias latinoamericanas pasan por una dura prueba, pues con los mismos mecanismos de competencia electoral libre y plural algunos líderes izquierdistas que ganan elecciones se hacen del poder legítimo y desde el día siguiente de su triunfo comienzan a ejecutar sus proyectos de acabar con el sistema político mediante los cuales accedieron su mando. La eliminación de las normas que limitan el período presidencial es su primera meta a conquistar.
Tienen la intención de eternizarse en el poder y, con ello, reventar la democracia entendida como la rotación permanente de proyectos políticos y de personas. Pretenden excluir para siempre a todo el que no esté adherido a su partido.. Construyen dictaduras con fórmulas 'democráticas' y, cuando se sienten fuertes y disponen de los medios, inician el segundo plan: la exportación de su 'revolución'.
Internamente, su primera víctima son las Fuerzas Armadas, de la cual se excluye a todo militar q ue no merezca la completa confianza del nuevo único líder.. Una purga general despoja a las Fuerzas Armadas de los jefes y oficiales institucionalistas, dejándola a cargo de 'los leales'. Después arremete contra el Poder Judicial, realizando las mismas tareas depuratorias para luego, ya con los principales resortes controlados, iniciar el proceso de desmantelamiento de la prensa no alineada y la supresión progresiva de la libertad de expresión.
El resultado final de este procedimiento es la anulación completa, si no la supresión definitiva de toda idea, doctrina, orientación partidaria o movimiento contrario a la ideología oficial de la nueva dictadura. Sucumbe la libertad en todas sus formas tradicionales y lo que resta es un pueblo indefenso sometido a sus nuevas cadenas. Se confía en que el transcurso del tiempo borrará pronto el recuerdo de la democracia anterior y el beneficio del goce de sus libertades y, entonces, un pueblo atontado, obligado a trabajar para sobrevivir y para alimentar al Partido, a reprimir sus dudas, inquietudes y oposiciones, acabará convertido en un dócil rebaño de borregos, como bien recordamos los paraguayos que vivimos la era stronista.
Este es el proceso en marcha que vemos actualmente en el panorama político de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En particular y más claramente en la primera, donde Hugo Chávez, con ya una década de gobierno, se apresta a dar el golpe final haciéndose coronar gobernante vitalicio imponiendo en el país una nefasta dictadura de corte marxista al estilo del que triunfara y se impusiera en Rusia en 1917, desconociendo el triste final que esos sangrientos regímenes tuvieron después de seis décadas de explotar y oprimir a sus pueblos, asesinar a sus adversarios y poner en grave riesgo la paz mundial.
Hugo Chávez, un dinosaurio que surgió de las cavernas más oscuras de la historia, está a punto de convertirse en amo y señor definitivo de la suerte de su pueblo y de los cuantiosos recursos económicos de su país, excluyéndose de toda competencia real y suprimiendo todo obstáculo que pueda interponerse entre él y su proyecto de vitaliciado. Tiene, además, el dinero necesario para comprar voluntades y pagar el precio de 'lealtades', dentro y fuera de su país.
Chávez es un dictador, pero UN DICTADOR MUY RICO; dispone hoy del poder absoluto de hacer con el dinero producido por el petróleo lo que se le antoje; ya no tiene encima ninguna contraloría, nadie a quien deba rendir cuentas. Con su gruesa petrobilletera recorre ahora América Latina y financia partidos, movimientos, organizaciones sociales y campañas electorales. Lo que no puede comprar, lo alquila o neutraliza. Al gobierno argentino le compra bonos del tesoro de Kirchner que nadie quiere y así puede exhibir sus sonrisas de complicidad, aplausos y abrazos, pasear libremente por ese país pronunciando encendidos discursos llamando a la 'revolución popular' y haciendo otros teatros para exportar su dictadura. Entre los cuales figura en lugar prioritario su desesperada intención de introducirse en el Mercosur para, una vez dentro de él, agilizar su intervencionismo en la política interna de los países miembros, con los cuales ya no tiene ninguna afinidad, porque mal que bien, en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay continúan rigiendo principios básicos del estado de derecho, del régimen democrático y de libertades públicas. Chávez va a pagar en efectivo por su ingreso y tiene billetes a patadas. Quiere comprarles a Brasil y Argentina lo más barato posible la legitimidad internacional que su pertenencia del Mercosur cree le va a proporcionar. La pregunta que continuaremos formulando una y otra vez es ¿para qué sirve el Protocolo deUshuaia que pretendió establecer un compromiso para todos sus estados miembros de conservar intactas las instituciones democráticas? En este documento Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay declaran que 'La plena vigen cia de las instituciones democ ráticas es esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Partes del presente Protocolo' (Art. 1) y se comprometen formalmente a que 'toda ruptura del orden democrático en uno de los Estados Partes del presente Protocolo dará lugar a la aplicación de los procedimientos previstos en los artículos siguientes' (Art. 3).
¿Van a admitir a Venezuela, cuyo dictador por anticipado ya se excluyó de dichas cláusulas? ¿O lo van a admitir primero para luego aplicarle la 'Cláusula Democrática'? El absurdo y el ridículo rodean a esta intención de prostituir al Mercosur, pero está en marcha y solamente los parlamentarios brasileños y paraguayos tienen en sus manos la posibilidad de impedir esta vergonzosa deserción de los principios fundamentales declarados en nuestras cartas fundamentales y tratados de integración.
A los gobernantes actuales de nuestros países, que tanto cacarean su apego a la democracia y a las libertades fundamentales, y que ciertamente gracias a ellas alcanzaron el poder, ahora les tiemblan las rodillas y se les afilan los dientes a la vista de la deslumbrante
petrobilletera abierta de un rústico dictador inescrupuloso, dispuesto a todo, incluyendo el soborno de los 'demócratas'.
Si nuestros presidentes del Mercosur, aun sabiendo cuál es su obligación histórica con la defensa de los principios y valores políticos que iluminan nuestros pueblos, son capaces de venderse o de liarse en una relación adúltera con un dictador megalómano surgido de las catacumbas de un pasado siniestro, tendremos que convenir que nuestras democracias se venden como auténticas putas. No cabe ya una calificación más dura para describirlas.
En estos días actuales las democracias latinoamericanas pasan por una dura prueba, pues con los mismos mecanismos de competencia electoral libre y plural algunos líderes izquierdistas que ganan elecciones se hacen del poder legítimo y desde el día siguiente de su triunfo comienzan a ejecutar sus proyectos de acabar con el sistema político mediante los cuales accedieron su mando. La eliminación de las normas que limitan el período presidencial es su primera meta a conquistar.
Tienen la intención de eternizarse en el poder y, con ello, reventar la democracia entendida como la rotación permanente de proyectos políticos y de personas. Pretenden excluir para siempre a todo el que no esté adherido a su partido.. Construyen dictaduras con fórmulas 'democráticas' y, cuando se sienten fuertes y disponen de los medios, inician el segundo plan: la exportación de su 'revolución'.
Internamente, su primera víctima son las Fuerzas Armadas, de la cual se excluye a todo militar q ue no merezca la completa confianza del nuevo único líder.. Una purga general despoja a las Fuerzas Armadas de los jefes y oficiales institucionalistas, dejándola a cargo de 'los leales'. Después arremete contra el Poder Judicial, realizando las mismas tareas depuratorias para luego, ya con los principales resortes controlados, iniciar el proceso de desmantelamiento de la prensa no alineada y la supresión progresiva de la libertad de expresión.
El resultado final de este procedimiento es la anulación completa, si no la supresión definitiva de toda idea, doctrina, orientación partidaria o movimiento contrario a la ideología oficial de la nueva dictadura. Sucumbe la libertad en todas sus formas tradicionales y lo que resta es un pueblo indefenso sometido a sus nuevas cadenas. Se confía en que el transcurso del tiempo borrará pronto el recuerdo de la democracia anterior y el beneficio del goce de sus libertades y, entonces, un pueblo atontado, obligado a trabajar para sobrevivir y para alimentar al Partido, a reprimir sus dudas, inquietudes y oposiciones, acabará convertido en un dócil rebaño de borregos, como bien recordamos los paraguayos que vivimos la era stronista.
Este es el proceso en marcha que vemos actualmente en el panorama político de Venezuela, Bolivia y Ecuador. En particular y más claramente en la primera, donde Hugo Chávez, con ya una década de gobierno, se apresta a dar el golpe final haciéndose coronar gobernante vitalicio imponiendo en el país una nefasta dictadura de corte marxista al estilo del que triunfara y se impusiera en Rusia en 1917, desconociendo el triste final que esos sangrientos regímenes tuvieron después de seis décadas de explotar y oprimir a sus pueblos, asesinar a sus adversarios y poner en grave riesgo la paz mundial.
Hugo Chávez, un dinosaurio que surgió de las cavernas más oscuras de la historia, está a punto de convertirse en amo y señor definitivo de la suerte de su pueblo y de los cuantiosos recursos económicos de su país, excluyéndose de toda competencia real y suprimiendo todo obstáculo que pueda interponerse entre él y su proyecto de vitaliciado. Tiene, además, el dinero necesario para comprar voluntades y pagar el precio de 'lealtades', dentro y fuera de su país.
Chávez es un dictador, pero UN DICTADOR MUY RICO; dispone hoy del poder absoluto de hacer con el dinero producido por el petróleo lo que se le antoje; ya no tiene encima ninguna contraloría, nadie a quien deba rendir cuentas. Con su gruesa petrobilletera recorre ahora América Latina y financia partidos, movimientos, organizaciones sociales y campañas electorales. Lo que no puede comprar, lo alquila o neutraliza. Al gobierno argentino le compra bonos del tesoro de Kirchner que nadie quiere y así puede exhibir sus sonrisas de complicidad, aplausos y abrazos, pasear libremente por ese país pronunciando encendidos discursos llamando a la 'revolución popular' y haciendo otros teatros para exportar su dictadura. Entre los cuales figura en lugar prioritario su desesperada intención de introducirse en el Mercosur para, una vez dentro de él, agilizar su intervencionismo en la política interna de los países miembros, con los cuales ya no tiene ninguna afinidad, porque mal que bien, en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay continúan rigiendo principios básicos del estado de derecho, del régimen democrático y de libertades públicas. Chávez va a pagar en efectivo por su ingreso y tiene billetes a patadas. Quiere comprarles a Brasil y Argentina lo más barato posible la legitimidad internacional que su pertenencia del Mercosur cree le va a proporcionar. La pregunta que continuaremos formulando una y otra vez es ¿para qué sirve el Protocolo deUshuaia que pretendió establecer un compromiso para todos sus estados miembros de conservar intactas las instituciones democráticas? En este documento Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay declaran que 'La plena vigen cia de las instituciones democ ráticas es esencial para el desarrollo de los procesos de integración entre los Estados Partes del presente Protocolo' (Art. 1) y se comprometen formalmente a que 'toda ruptura del orden democrático en uno de los Estados Partes del presente Protocolo dará lugar a la aplicación de los procedimientos previstos en los artículos siguientes' (Art. 3).
¿Van a admitir a Venezuela, cuyo dictador por anticipado ya se excluyó de dichas cláusulas? ¿O lo van a admitir primero para luego aplicarle la 'Cláusula Democrática'? El absurdo y el ridículo rodean a esta intención de prostituir al Mercosur, pero está en marcha y solamente los parlamentarios brasileños y paraguayos tienen en sus manos la posibilidad de impedir esta vergonzosa deserción de los principios fundamentales declarados en nuestras cartas fundamentales y tratados de integración.
A los gobernantes actuales de nuestros países, que tanto cacarean su apego a la democracia y a las libertades fundamentales, y que ciertamente gracias a ellas alcanzaron el poder, ahora les tiemblan las rodillas y se les afilan los dientes a la vista de la deslumbrante
petrobilletera abierta de un rústico dictador inescrupuloso, dispuesto a todo, incluyendo el soborno de los 'demócratas'.
Si nuestros presidentes del Mercosur, aun sabiendo cuál es su obligación histórica con la defensa de los principios y valores políticos que iluminan nuestros pueblos, son capaces de venderse o de liarse en una relación adúltera con un dictador megalómano surgido de las catacumbas de un pasado siniestro, tendremos que convenir que nuestras democracias se venden como auténticas putas. No cabe ya una calificación más dura para describirlas.
martes, 4 de mayo de 2010
MQB o Solo Belén
No pensé que perdería el tiempo escribiendo esta reflexión, pero todo tiene un límite y cuando se alcanza no queda más remedio que escupir la rabia. Para los que no viven en España, aquí hay un "personajillo" televisivo llamado Belén Esteban que se ha convertido en, según ella misma dice y todos los que la adulan, en la "princesa del pueblo" porque logra subir los niveles de audiencia de los programas del corazón donde aparece por el gran...¿aprecio? que le tiene la gente. No dudo que existan personas que simpaticen con esta chica porque a lo largo de los últimos años se ha encargado de vender sus propias miserias y ponerse como la pobre víctima de un torero con el que tuvo una hija a la que le ha sacado bastante partido económico. Si la pobre Andreita supiera el gran negocio que tiene montado su madre a costa de ella que ni el defensor del menor ha podido frenarlo. Pero creo que a estas alturas, la niña debe ser imagen y semejanza de la madre y no sería de extrañar que cuando tenga la mayoría de edad la veamos también en los platós televisivos vendiendo su enemistad con sus hermanos (hijos del segundo matrimonio de su padre, o del primero porque creo que con la Esteban no se llegó a casar). Lo cierto del caso, es que este personaje se ha convertido en un ser intocable en los predios de Telecinco, canal de televisión que la tiene contratada de forma exclusiva, que ni siquiera un programa de baile como MQB (Más que Baile), por cierto de la misma cadena, puede echarla a pesar de bailar con dos pies izquierdo. El jurado de ese concurso de baile lo conforman, entre otras personas (y solo me referiré a los profesionales y no al payaso de Boris Izaguirre del cual no haré ningún comentario tan sólo por no hablar mal de mi paisano): Víctor Ullate, Aída Gómez y Joana Subirana, tres personalidades del ballet y los bailes de salón, premios nacionales de danza y de reconocida trayectoria internacional. Pues bien, la semana pasada el jurado evaluó la actuación de esta chica y consideró que no ha evolucionado lo suficiente en comparación con sus compañeros de programa. Si bien es cierto que las comparaciones son odiosas, también resulta chocante que personas que no son bailarines profesionales se esfuercen semana tras semana para hacerlo bien y esta chica siempre tiene una excusa para justificar no sólo sus equivocaciones en la pista, después de todo los nervios siempre juegan a traición, sino también justifica sus constantes quejas y desgano durante los ensayos. Entre las perlitas que han salido por su boca es que trabaja mucho, que es madre soltera y que si hubiera tenido la oportunidad de bailar de pequeña de seguro ahora lo haría mejor. Apela siempre a la lástima y no toma en cuenta que sus compañeros de programa también trabajan, algunos de ellos, supongo, serán padres o madres y por lo que he visto creo que puedo contar con los dedos de una mano (y me sobran la mitad de los dedos) los que desde pequeñitos han estudiado algún tipo de baila. Cuando Aída Gómez estaba comentando la opinión del jurado sobre la actuación de esta chica, a la Esteban le dio por poner caras mostrando un gran irrespeto y una tremenda soberbia, pero como se trata de un show televisivo del cual no debiera molestarme ni siquiera en ver, pero la vida es así quiero distraerme los miércoles por la noche viendo la tele y pongo este programa porque quitando a la Esteban, los otros concursantes son dignos de verlos, pero volviendo al anunciado con el que comenzaba esta oración, como se trata de un show televisivo , en una cadena propensa a los escándalos, pues no era suficiente mostrar las caras de fastidio y desprecio de la chica, sino que había que darle un micrófono para que replicara por aquello de que todo el mundo por aluciones tiene derecho a réplica. Total que a Telecinco, según entendí, no le ha quedado otra que anunciar que habrán dos ganadores: uno elegido por el público (que ganará Belén Esteban porque existe gente mediatizada que la ve divertida y la compadece) y otro elegido por el jurado del concurso (que, de seguro, no ganará la Esteban), al final el objetivo noble de este programa se cumplirá porque darán dinero a las ONG que representan. Decisión salomónica que evitará el disgusto de la
Esteban y sus lagrimitas de compasión, pero que no evitarán los cortes de manga que este chica le dará al jurado (tal como hizo cuando el público la salvó a pesar de que estuvo perdida durante toda la coreografía que bailó). Ahora, ¿es necesario ser tan hipócritas? ¿hasta dónde llegará el show? Da rabia que, mientras la mayoría de los mortales tenemos que partirnos el lomo trabajando realmente (Belén estar en un programa del corazón hablando mal de los demás no es trabajar), ella solo se limita a criticar y encima le pagan un jugoso sueldo por eso. No critico que esta chica haya sido lo suficientemente astuta (que no inteligente) para sacar el provecho que ha sacado a su relación con el torero, pero, joder tampoco es justo que encima del pastón que gana, tengamos que soportar su mala educación, que nos la impongan en todos los progamas (la verdad que fue de pena verla despedir el año con el otro fantoche llamado Jorge Javier, ni vestida de ¿Versace? se ve elegante esta chica) y encima tener que presenciar como le falta el respeto a un jurado que lo único que le ha dicho es que no ha evolucionado la suficiente para los dos meses que lleva bailando. ¿Qué se está enseñando? Que no importa que te esfuerces, solo importa que seas un juguete roto que de audiencia. Encima, hace poco se anució que harán una monografía sobre ella, el mismo autor que hizo una sobre Kate Moss.¿El mundo se ha vuelto loco? ¿hasta dónde llegará? Me gustaría ser testigo de su caída televisiva, no porque le desee mal, sino porque así me daré cuenta de que aún existe justicia divina.
Esteban y sus lagrimitas de compasión, pero que no evitarán los cortes de manga que este chica le dará al jurado (tal como hizo cuando el público la salvó a pesar de que estuvo perdida durante toda la coreografía que bailó). Ahora, ¿es necesario ser tan hipócritas? ¿hasta dónde llegará el show? Da rabia que, mientras la mayoría de los mortales tenemos que partirnos el lomo trabajando realmente (Belén estar en un programa del corazón hablando mal de los demás no es trabajar), ella solo se limita a criticar y encima le pagan un jugoso sueldo por eso. No critico que esta chica haya sido lo suficientemente astuta (que no inteligente) para sacar el provecho que ha sacado a su relación con el torero, pero, joder tampoco es justo que encima del pastón que gana, tengamos que soportar su mala educación, que nos la impongan en todos los progamas (la verdad que fue de pena verla despedir el año con el otro fantoche llamado Jorge Javier, ni vestida de ¿Versace? se ve elegante esta chica) y encima tener que presenciar como le falta el respeto a un jurado que lo único que le ha dicho es que no ha evolucionado la suficiente para los dos meses que lleva bailando. ¿Qué se está enseñando? Que no importa que te esfuerces, solo importa que seas un juguete roto que de audiencia. Encima, hace poco se anució que harán una monografía sobre ella, el mismo autor que hizo una sobre Kate Moss.¿El mundo se ha vuelto loco? ¿hasta dónde llegará? Me gustaría ser testigo de su caída televisiva, no porque le desee mal, sino porque así me daré cuenta de que aún existe justicia divina.
domingo, 25 de abril de 2010
La causa humana
Los hombres no terminanos de aprender a convivir unos con otros y cada día buscamos nuevas excusas para profundizar el odio, la intolerancia y la división entre nosotros mismos. Dos noticias recientes son pruebas de ello. Por un lado, en España se discute si una adolescente musulmana debe o no llevar a la escuela el velo puesto en su cabeza y, por el otro, la gobernadora de Arizona firmó una ley que cataloga de delicuentes a los extranjeros indocumentados que viven en ese Estado. Los que están en contra del uso del velo aducen que España es un país laico y los que vengan deben adaptarse a sus normas, algo así como "donde fueres haz lo que vieres" y la gobernadora de Arizona dice que con esa medida se "evitará" el ¿narcotráfico? Argumentaciones estas que son un resumen de la gran xenofobia que padecen muchas personas, en especial aquellas que, lamentablemente, han puesto sobre el tapete ambas noticias porque son las que están en el poder de mando en estos momentos. La dirección de la escuela y la gobernadora olvidan algo, el poder es efímero pero la gente no. De ser así, el mundo hubiera dejado de ser lo que es hace mucho tiempo, pero afortunadamente la raza humana tiene un poder infinito de renovarse y nunca han existido barreras para superarse, solo las que ponemos nosotros mismos. No se si la joven musulmana podrá asistir con su velo a clase o si los inmigrantes ilegales en el Estado de Arizona lograrán revocar tan desafortunado decreto. Lo que si se es que nos inventaremos nuevos recursos, nuevas formas para prevalecer. La causa humana no podrá detenerse y el hombre seguirá evolucionando en España, Estados Unidos o en cualquier lugar del mundo que elija para desarrollarse. Las fronteras no deben ser un impedimento, ni un modelo de cultura, solo un sistema justo de leyes donde se promuevan los valores humanos con equidad para todos aquellos que decidan echar raíces en algún lugar de este maltratado planeta, servirá para controlar los desmanes que a veces somos incapaces de evitar. Somos así, imperfectos y cometiendo errores cada dos por tres, pero valorados como lo que somos: personas. Y las leyes no deben nunca desvalorar al ser humano porque use un velo o porque no tiene una documentación que lo identifique como "americano". Las leyes no deberían usarse para eso y las personas que tienen la potestad de promulgarlas tampoco deberían jugar a ser dioses diciendo quien tiene y quien no tiene derechos. Porque con el dedo que señalas, serás señalado también.
viernes, 23 de abril de 2010
Ausencias y abandonos
La anciana con sus pasos dificultosos se acercó al comedor y se sirvió agua de una jarra de cristal que descansaba sobre la mesa. Su nieto la vio más vieja y acabada, parecía un fantasma materializado en un cuerpo a punto de sucumbir. El pulso le temblaba, le costó trabajo llevarse el vaso a los labios. De repente tuvo una visión y vio en pequeños destellos parte de su infancia. Se vio a sí misma en una casa rural, ubicada en medio de un naranjal. Tenía la sensación de que su vida se basaba en ausencias y abandonos. El nieto la volvió a la realidad tomándola por los hombros. Casi se desmayó en sus brazos, sin fuerzas físicas ni voluntad para caminar se entregó a la inercia. Su cuerpo sudaba y en su mirada se reflejaba una profunda tristeza.
lunes, 29 de marzo de 2010
Carta de despedida
Estoy en mi cuarto, tendido en mi cama, absorto en mis pensamientos y una música llega a mis oídos, no se de donde proviene pero envuelve mi ser y me tranquiliza. Trato de sentarme, pero los dolores me dejan inmóvil mirando al techo, el cual se va llenando poco a poco de imágenes o tal vez de sentimientos. Escribo esta carta para que algún día puedas entenderme y no desprecies mi silencio, para que sepas que amé y fui amado sin merecerlo. Mi esposa, mis hijos, mis hermanos, tu, todos me dieron lo mejor de sí y yo fui incapaz de corresponderles como se merecían. No quiero justificarme, sería cobarde reconocer mis errores, solo quiero desahogarme ante el miedo de lo desconocido. Contigo viví y en el recuerdo de nuestras aventuras furtivas, he añorado lo que pudo haber sido y no fue y quien sabe si alguna vez lo será. Me queda poco tiempo, lo puedo sentir por el aire frío que recorre mi cuerpo de cuando y cuando. Quiero borrar de mí ese sentimiento de impotencia que duele tanto, ese sentimiento que deja mi corazón dolido. Dime que todo está bien, que quedan esperanzas, que no todo es dolor. Dime que vale la pena lo que se sufre. Ruedan por mis mejillas unas lágrimas. Sigue la música y me ciega ante las imágenes que rondan por mi mente, una tras otra, imágenes junto a ti, aquella mujer que conocí en mi juventud y que en algún momento de mi vida la perdí. Sigo pensando, recordando, dejándome llevar por lo que escucho, suave, pero al mismo tiempo rítmico....y se suceden una tras otra tantas cosas vividas, tantas cosas deseadas...y se piensa en las que quedan por vivir y me pregunto ¿tendré tiempo? ¿Podré algún día ser feliz con quien tanto deseo? Y por más que lo intento sólo un pasado y un presente, dejando de lado a un futuro que no termina de llegar. Son tantas cosas las que sueño, que me haría falta otra vida para vivirlas y...no tengo tiempo. Siento que se me va de entre mis manos y callo lo que mi corazón pide a gritos. Una nueva oportunidad. Ruedan lágrimas por mis mejillas, de impotencia, de rabia, de sueños rotos...y de tantas cosas más... Se agota la música, va llegando a su fin y no quiero que termine, por que pienso que también terminará todo para mí…son tan lindos los recuerdos, aunque duelan...Se ha de vivir la vida, dar cuanto se tiene porque si guardas los sentimientos igual te das cuenta tarde... Que no amaste cuanto podías y no diste todo cuanto tenías de ti...El amor es eso, dar todo...Y en el sopor de las lágrimas sintiendo que cada vez amo más y ya no soy correspondido...tengo presente este sentimiento dentro de mis pensamientos...voy dejando que me venza el sueño, esperando exhalar mi último aliento.
El Último Tren
Ralph Gallego, hombre cuarentón, ni muy alto, ni muy bajo, ni muy gordo, ni muy flaco, llegó a toda prisa a la estación de tren, su impecable camisa blanca se veía ahora adornada por pequeñas manchas de sudor que se dibujaban por debajo de sus axilas. Acercó su nariz para cerciorarse de que no desprendieran mal olor, olió varias veces un lado y el otro asegurándose que sólo eran manchas inodoras. Se había vestido a conciencia para dejar una grata impresión y no quería que unas manchas lo estropearan todo. A lo lejos divisó la señal de baño público colgada en una de las columnas de mármol rosa que se erguía imponente a un costado de la estación. Dirigió sus pasos hacía allí, mientras hurgaba en los bolsillos de su pantalón buscando el paquete de pañuelitos que siempre cargaba consigo para secarse las gotas de sudor que aún recorrían su cuello. Vio la hora en su reloj de muñeca y echó una mirada alrededor. No encontró lo que buscaba y apresuró el paso hacia los baños. En la entrada había un hombre mayor vestido de gris con una gorra negra que, al paso de cada persona que entraba, decía -50 céntimos por favor-. La gente, en su mayoría, entraba sin más tirando la moneda sobre el plato pequeño de cerámica que reposaba en una mesa de madera blanca, acompañado por un paquete de servilletas para secarse las manos y una campanita dorada, pero Ralph se detuvo y le reprochó al anciano que cobrara por usar el baño.
-Estamos en un sitio público y no veo el motivo de que tenga que pagar 50 céntimos por entrar a orinar- le dijo con voz gruesa.
-Tengo que ganarme la vida señor – le respondió el anciano sin mucho ánimo y sin verle a la cara, acostumbrado ya a escuchar los mismos reproches – si no está de acuerdo puede irse a otro sitio.
Ralph estuvo a punto de replicarle, el impulso inicial de su réplica le hizo dar un paso adelante y levantar la mano en señal de advertencia, pero se contuvo. Sacó el monedero de uno de los bolsillos traseros de su pantalón y reunió entre las monedas de 5, 2 y 1 céntimos, los 50 que el anciano le pedía para entrar. Se las tiró en el plato.
-Esto es un abuso y me quejaré a la administración- le dijo entrando a toda prisa.
El baño estaba atestado por hombres con sus maletines ejecutivos que se acicalaban frente al pequeño espejo que no daba para más reflejos. Los lavabos desprendían un olor fétido que se mezclaba con el olor de los urinales y de los váteres. Ralph dio unas arcadas y se tapó la nariz con uno de los pañuelos que había usado para secarse las gotas de sudor de su cuello. Al desocuparse uno de los lavabos, corrió hacia él llevándose por delante a un señor de pequeña estatura que le reclamó su mala educación.
-Disculpe, estoy apurado porque mi tren sale en 5 minutos – le dijo a manera de excusa y dándole la espalda. Alcanzó el grifo oxidado del lavabo y se lavó la cara y enjuagó la boca y al alzar la mirada vio uno de los secadores de mano desocupado. Corrió hacia él y accionó el botón plateado. Se frotó las manos húmedas frente al aire caliente que emanaba del ruidoso aparato, luego colocó una de sus axilas y después la otra. Cuando comprobó que las manchas habían desaparecido, sacó del bolsillo de su camisa una muestra de perfume que desprendió de una de las revistas que vendían en el kiosco de la esquina de su casa y se lo esparció por el cuello, las manos y parte de su ropa. Alzó su cabeza sobre las cabezas de los hombres que tenía delante para darse una última mirada al espejo antes de salir de aquel baño inmundo. Al pasar por el lado del anciano, le recordó que haría la reclamación y que esperaba que la próxima vez no se le cobrara por usar el baño.
-Si al menos usara ese dinero para mantenerlo limpio, quizá no me quejaría – le dijo antes de enrumbarse hacia las escalinatas de una de las entrada de la estación.
La estación de trenes tenía cuatro entradas que desembocaban en unas escalinatas que conducían al centro del edificio. Cualquier persona que entrara o saliera debía pasar forzosamente por allí. Ralph tenía que estar pendiente de quien subía o bajaba esas escaleras. Había quedado en encontrarse con una chica que conoció por Internet. No sabía como era físicamente, solo sabía que ella lo ubicaría por su camisa blanca, sus pantalones negros y una pajarita azul, eso fue lo que convenido. Miraba repetidamente por todos lados, a su izquierda y a su derecha, delante y detrás y no veía a ninguna chica acercársele. Encendió un cigarrillo que rápidamente tuvo que apagar cuando uno de los vigilantes de la estación le indicó que estaba prohibido fumar allí. Caminaba de un lado a otro buscando cómo matar el tiempo mientras esperaba. Se tocaba los bolsillos de vez en vez y cuando quiso sacar un chicle para mascar, se topó con la pajarita azul enredada en la caja de chicle.
-Maldita sea – dijo casi gritando - ¿cómo no me di cuenta que no tenía puesta la pajarita?
Un niño que pasaba agarrado de la mano de su madre, dio un respingo al escucharle maldecir y se le quedó mirando fijamente.
-Tu que miras – le espetó Ralph, a lo que la madre del niño lo agarró con mas fuerza y salió corriendo de allí. – A ver si le enseña a su niño a no meterse en lo que no le importa – le dijo a la madre mientras ésta se perdía entre la multitud.
Intentó colocarse la pajarita, pero sin un espejo para él era misión imposible. Cuando se dio por vencido, miró nuevamente hacia el aviso de baños públicos y arrastrando los pies se dirigió nuevamente hacia él. En la entrada volvió a toparse con el mismo anciano vestido de gris que cobraba 50 céntimos al paso de cada persona. Ralph intentó negociar con él para no volver a pagar.
- Mire estuve aquí hace unos minutos y me dejé mi peine dentro, quiero entrar a buscarlo solo será un segundo - le dijo Ralph seguro de que pasaría sin mayor problema.
-Si quiere entrar debe pagar – le indicó el anciano, esta vez viéndole a los ojos.
Ralph se puso colorado y le gritó que era un abusador y que no estaba dispuesto a pagar nuevamente, cuando hizo el amago de entrar sin dejarle los 50 céntimos en el plato de cerámica, el anciano tocó la campanita dorada que tenía sobre la mesa y enseguida se presentó un chico joven de color, de casi dos metros de estatura cuyos bíceps estaban a punto de reventar las costuras de su camisa.
-¿Pasa algo abuelo? – le preguntó el joven con voz grave.
-Lo de siempre, quieren usar el baño sin pagar – le contestó el abuelo, al tiempo que señalaba a Ralph como el culpable de haberlo molestado.
No hicieron falta palabras, Ralph se quedó mudo con los ojos abiertos hasta los límites de su capacidad y como autómata volvió a sacar el monedero de su bolsillo trasero y esta vez reunió de las monedas de 20 y 10 los 50 céntimos que debía pagar de peaje. Entró al baño, un poco desconcertado, intentó entrar a uno de los váteres pero se dio cuenta que estaba allí para usar el espejo. Nuevamente tuvo que alzar su cabeza sobre el mar de cabezas que se miraban al mismo tiempo. Como pudo, se abrió paso entre la gente y se colocó en primera fila, a un costado. Apenas se podía ver la cara y el cuello. Dándose codazos con el hombre alto que tenía al lado, enredó la pajarita en un nudo grueso y al cabo de dos vueltas, completó el proceso de colocarse ese accesorio azul que empezó a molestarle, impidiéndole tragar con normalidad. Usaba su dedo índice para intentar aflojar un poco el nudo que se había hecho, al tiempo que caminaba hacía la salida del baño. Otra vez al pasar por el lado del anciano, quiso decirle algo pero al verlo acompañado del nieto guardaespaldas se abstuvo y sólo se limitó a lanzar una mirada de desafío que fue respondida por el chaval con un -¿tiene algún problema Señor?
Se alejó murmurando algo inaudible y cuando estuvo lejos del alcance de los oídos del joven y del anciano, dijo en voz alta – Malditos abusadores.
Nuevamente se puso a dar vueltas en círculos por el centro de la estación, miraba de cuando en cuando su reloj de pulsera y comparaba la hora con la que daba el reloj inmenso que coronaba una de las paredes laterales, ajustando las manecillas cada vez que su reloj no cuadraba con la hora dada por el reloj de la estación. Se fijó en los cuadros que adornaban el techo, un mosaico bizantino con una virgen pintada al temple. La Virgen vestía una túnica roja arropada por un manto azul marino. Una redecilla verde le recogía el cabello. El Niño que la acompañaba vestía una túnica verde con cinturón púrpura y manto marrón claro. A la derecha de la figura había un hombre con una túnica verde y a la izquierda otro hombre con túnica y manto escarlata. Los pliegues de las túnicas venían acentuados con reflejos dorados. Vio unas letras a los laterales de cada figura que casi no podía leer, fijó más la vista y trató de comprender aquellos caracteres latinos hasta darse cuenta que eran los nombres de los personajes que componían el cuadro. Por eso supo que los hombres que flanqueaban a la virgen eran San Miguel y San Gabriel y que la virgen era la del Perpetuo Socorro. Una vez que hubo contemplado el mosaico de la bóveda central, se dirigió a una máquina de refrescos a sacar una Coca Cola. Tomó un sorbo, lo saboreó y emitió un gesto de satisfacción, luego tomó dos sorbos seguidos y descansó pasándose la lengua por los labios. Una gota del refresco rodó por su mentón que inmediatamente limpió con la manga de la camisa. Contempló la manga por unos segundos y luego hizo un gesto de rabia al darse cuenta del grave error que había cometido. Una pequeña mancha marrón resaltaba de la manga inmaculada. Corrió al baño, pero se detuvo en seco al ver otra vez al anciano. Miró a los alrededores tratando de adivinar el escondite de la mole negra que minutos antes lo dejó sin palabras, al no verlo fue con paso seguro a saltarse la barrera que lo separaba del baño. Cuando estuvo a la altura del anciano, éste le impidió el acceso cerrándole el paso con su bastón de madera.
-Ya sabe las reglas, 50 céntimos o no entra – dijo el anciano notándose la molestia en su voz.
-Pero si ya le acabo de dejar un euro y no he estado más de un minuto en el baño – replicó Ralph con tono aún más molesto.
El anciano estuvo a punto de coger la campana nuevamente cuando Ralph le dijo que lo dejara, que no entraría al baño.
– Esta vez no me robas mi dinero viejo ladrón – le gritó dándole la espalda y alejándose del lugar. Resolvió el tema de la mancha doblando las mangas hasta los codos, al menos así no se vería.
Pasaron 15, 20 hasta 30 minutos y Ralph ya no sabía que hacer. La cita era a las en punto y ya llevaba una hora de retraso. Dio vueltas por cada una de las entradas, por si acaso la chica lo estuviera esperando fuera. Se paseó de arriba abajo, señalando su pajarita azul a cuanta mujer se le cruzara. Al salir, se percató que el sol se estaba ocultando y la luna empezaba a iluminar las calles. Escuchó el ruido de los coches que se mezclaban con los silbidos de los trenes anunciando sus salidas. Entró nuevamente y se quedó solo en medio de la estación, el bululú que segundos antes llenaba el ambiente se fue diluyendo poco a poco hasta convertirse en pequeños murmullos de algunos rezagados que llegaban a toda prisa a coger el último tren de las 8.
-Todos suben al tren menos yo – se dijo a sí mismo sentándose en el medio de la estación, cruzó las piernas y se pasó las manos por la cabeza, despeinándose el poco pelo que aún conservaba en su incipiente calva. Cuando se dio cuenta que nadie vendría a su encuentro, se levantó poco a poco, con movimientos forzados como si le dolieran los huesos y nuevamente se dirigió al baño. Allí seguía el anciano vigilando la entrada. Esta vez, sin mediar palabras, sacó el monedero y dejó caer una moneda de 50 céntimos sobre el plato. El anciano lo miró y Ralph le devolvió la mirada. Su semblante serio y adusto era ahora triste y lánguido. Quiso decirle algo pero no lo hizo y en lugar de entrar al baño se dio medio vuelta y se alejó lentamente. Cuando hubo caminado unos pasos, sintió una mano tocarle al hombro. Se volteó con expresión de asombro, casi de alegría, con una amplia sonrisa, la cual se desdibujó súbitamente al darse cuenta de que quien llamaba su atención era el anciano de la puerta del baño. Se volvieron a mirar y finalmente el anciano le dijo
– Si, le acepto esa cerveza.
-Estamos en un sitio público y no veo el motivo de que tenga que pagar 50 céntimos por entrar a orinar- le dijo con voz gruesa.
-Tengo que ganarme la vida señor – le respondió el anciano sin mucho ánimo y sin verle a la cara, acostumbrado ya a escuchar los mismos reproches – si no está de acuerdo puede irse a otro sitio.
Ralph estuvo a punto de replicarle, el impulso inicial de su réplica le hizo dar un paso adelante y levantar la mano en señal de advertencia, pero se contuvo. Sacó el monedero de uno de los bolsillos traseros de su pantalón y reunió entre las monedas de 5, 2 y 1 céntimos, los 50 que el anciano le pedía para entrar. Se las tiró en el plato.
-Esto es un abuso y me quejaré a la administración- le dijo entrando a toda prisa.
El baño estaba atestado por hombres con sus maletines ejecutivos que se acicalaban frente al pequeño espejo que no daba para más reflejos. Los lavabos desprendían un olor fétido que se mezclaba con el olor de los urinales y de los váteres. Ralph dio unas arcadas y se tapó la nariz con uno de los pañuelos que había usado para secarse las gotas de sudor de su cuello. Al desocuparse uno de los lavabos, corrió hacia él llevándose por delante a un señor de pequeña estatura que le reclamó su mala educación.
-Disculpe, estoy apurado porque mi tren sale en 5 minutos – le dijo a manera de excusa y dándole la espalda. Alcanzó el grifo oxidado del lavabo y se lavó la cara y enjuagó la boca y al alzar la mirada vio uno de los secadores de mano desocupado. Corrió hacia él y accionó el botón plateado. Se frotó las manos húmedas frente al aire caliente que emanaba del ruidoso aparato, luego colocó una de sus axilas y después la otra. Cuando comprobó que las manchas habían desaparecido, sacó del bolsillo de su camisa una muestra de perfume que desprendió de una de las revistas que vendían en el kiosco de la esquina de su casa y se lo esparció por el cuello, las manos y parte de su ropa. Alzó su cabeza sobre las cabezas de los hombres que tenía delante para darse una última mirada al espejo antes de salir de aquel baño inmundo. Al pasar por el lado del anciano, le recordó que haría la reclamación y que esperaba que la próxima vez no se le cobrara por usar el baño.
-Si al menos usara ese dinero para mantenerlo limpio, quizá no me quejaría – le dijo antes de enrumbarse hacia las escalinatas de una de las entrada de la estación.
La estación de trenes tenía cuatro entradas que desembocaban en unas escalinatas que conducían al centro del edificio. Cualquier persona que entrara o saliera debía pasar forzosamente por allí. Ralph tenía que estar pendiente de quien subía o bajaba esas escaleras. Había quedado en encontrarse con una chica que conoció por Internet. No sabía como era físicamente, solo sabía que ella lo ubicaría por su camisa blanca, sus pantalones negros y una pajarita azul, eso fue lo que convenido. Miraba repetidamente por todos lados, a su izquierda y a su derecha, delante y detrás y no veía a ninguna chica acercársele. Encendió un cigarrillo que rápidamente tuvo que apagar cuando uno de los vigilantes de la estación le indicó que estaba prohibido fumar allí. Caminaba de un lado a otro buscando cómo matar el tiempo mientras esperaba. Se tocaba los bolsillos de vez en vez y cuando quiso sacar un chicle para mascar, se topó con la pajarita azul enredada en la caja de chicle.
-Maldita sea – dijo casi gritando - ¿cómo no me di cuenta que no tenía puesta la pajarita?
Un niño que pasaba agarrado de la mano de su madre, dio un respingo al escucharle maldecir y se le quedó mirando fijamente.
-Tu que miras – le espetó Ralph, a lo que la madre del niño lo agarró con mas fuerza y salió corriendo de allí. – A ver si le enseña a su niño a no meterse en lo que no le importa – le dijo a la madre mientras ésta se perdía entre la multitud.
Intentó colocarse la pajarita, pero sin un espejo para él era misión imposible. Cuando se dio por vencido, miró nuevamente hacia el aviso de baños públicos y arrastrando los pies se dirigió nuevamente hacia él. En la entrada volvió a toparse con el mismo anciano vestido de gris que cobraba 50 céntimos al paso de cada persona. Ralph intentó negociar con él para no volver a pagar.
- Mire estuve aquí hace unos minutos y me dejé mi peine dentro, quiero entrar a buscarlo solo será un segundo - le dijo Ralph seguro de que pasaría sin mayor problema.
-Si quiere entrar debe pagar – le indicó el anciano, esta vez viéndole a los ojos.
Ralph se puso colorado y le gritó que era un abusador y que no estaba dispuesto a pagar nuevamente, cuando hizo el amago de entrar sin dejarle los 50 céntimos en el plato de cerámica, el anciano tocó la campanita dorada que tenía sobre la mesa y enseguida se presentó un chico joven de color, de casi dos metros de estatura cuyos bíceps estaban a punto de reventar las costuras de su camisa.
-¿Pasa algo abuelo? – le preguntó el joven con voz grave.
-Lo de siempre, quieren usar el baño sin pagar – le contestó el abuelo, al tiempo que señalaba a Ralph como el culpable de haberlo molestado.
No hicieron falta palabras, Ralph se quedó mudo con los ojos abiertos hasta los límites de su capacidad y como autómata volvió a sacar el monedero de su bolsillo trasero y esta vez reunió de las monedas de 20 y 10 los 50 céntimos que debía pagar de peaje. Entró al baño, un poco desconcertado, intentó entrar a uno de los váteres pero se dio cuenta que estaba allí para usar el espejo. Nuevamente tuvo que alzar su cabeza sobre el mar de cabezas que se miraban al mismo tiempo. Como pudo, se abrió paso entre la gente y se colocó en primera fila, a un costado. Apenas se podía ver la cara y el cuello. Dándose codazos con el hombre alto que tenía al lado, enredó la pajarita en un nudo grueso y al cabo de dos vueltas, completó el proceso de colocarse ese accesorio azul que empezó a molestarle, impidiéndole tragar con normalidad. Usaba su dedo índice para intentar aflojar un poco el nudo que se había hecho, al tiempo que caminaba hacía la salida del baño. Otra vez al pasar por el lado del anciano, quiso decirle algo pero al verlo acompañado del nieto guardaespaldas se abstuvo y sólo se limitó a lanzar una mirada de desafío que fue respondida por el chaval con un -¿tiene algún problema Señor?
Se alejó murmurando algo inaudible y cuando estuvo lejos del alcance de los oídos del joven y del anciano, dijo en voz alta – Malditos abusadores.
Nuevamente se puso a dar vueltas en círculos por el centro de la estación, miraba de cuando en cuando su reloj de pulsera y comparaba la hora con la que daba el reloj inmenso que coronaba una de las paredes laterales, ajustando las manecillas cada vez que su reloj no cuadraba con la hora dada por el reloj de la estación. Se fijó en los cuadros que adornaban el techo, un mosaico bizantino con una virgen pintada al temple. La Virgen vestía una túnica roja arropada por un manto azul marino. Una redecilla verde le recogía el cabello. El Niño que la acompañaba vestía una túnica verde con cinturón púrpura y manto marrón claro. A la derecha de la figura había un hombre con una túnica verde y a la izquierda otro hombre con túnica y manto escarlata. Los pliegues de las túnicas venían acentuados con reflejos dorados. Vio unas letras a los laterales de cada figura que casi no podía leer, fijó más la vista y trató de comprender aquellos caracteres latinos hasta darse cuenta que eran los nombres de los personajes que componían el cuadro. Por eso supo que los hombres que flanqueaban a la virgen eran San Miguel y San Gabriel y que la virgen era la del Perpetuo Socorro. Una vez que hubo contemplado el mosaico de la bóveda central, se dirigió a una máquina de refrescos a sacar una Coca Cola. Tomó un sorbo, lo saboreó y emitió un gesto de satisfacción, luego tomó dos sorbos seguidos y descansó pasándose la lengua por los labios. Una gota del refresco rodó por su mentón que inmediatamente limpió con la manga de la camisa. Contempló la manga por unos segundos y luego hizo un gesto de rabia al darse cuenta del grave error que había cometido. Una pequeña mancha marrón resaltaba de la manga inmaculada. Corrió al baño, pero se detuvo en seco al ver otra vez al anciano. Miró a los alrededores tratando de adivinar el escondite de la mole negra que minutos antes lo dejó sin palabras, al no verlo fue con paso seguro a saltarse la barrera que lo separaba del baño. Cuando estuvo a la altura del anciano, éste le impidió el acceso cerrándole el paso con su bastón de madera.
-Ya sabe las reglas, 50 céntimos o no entra – dijo el anciano notándose la molestia en su voz.
-Pero si ya le acabo de dejar un euro y no he estado más de un minuto en el baño – replicó Ralph con tono aún más molesto.
El anciano estuvo a punto de coger la campana nuevamente cuando Ralph le dijo que lo dejara, que no entraría al baño.
– Esta vez no me robas mi dinero viejo ladrón – le gritó dándole la espalda y alejándose del lugar. Resolvió el tema de la mancha doblando las mangas hasta los codos, al menos así no se vería.
Pasaron 15, 20 hasta 30 minutos y Ralph ya no sabía que hacer. La cita era a las en punto y ya llevaba una hora de retraso. Dio vueltas por cada una de las entradas, por si acaso la chica lo estuviera esperando fuera. Se paseó de arriba abajo, señalando su pajarita azul a cuanta mujer se le cruzara. Al salir, se percató que el sol se estaba ocultando y la luna empezaba a iluminar las calles. Escuchó el ruido de los coches que se mezclaban con los silbidos de los trenes anunciando sus salidas. Entró nuevamente y se quedó solo en medio de la estación, el bululú que segundos antes llenaba el ambiente se fue diluyendo poco a poco hasta convertirse en pequeños murmullos de algunos rezagados que llegaban a toda prisa a coger el último tren de las 8.
-Todos suben al tren menos yo – se dijo a sí mismo sentándose en el medio de la estación, cruzó las piernas y se pasó las manos por la cabeza, despeinándose el poco pelo que aún conservaba en su incipiente calva. Cuando se dio cuenta que nadie vendría a su encuentro, se levantó poco a poco, con movimientos forzados como si le dolieran los huesos y nuevamente se dirigió al baño. Allí seguía el anciano vigilando la entrada. Esta vez, sin mediar palabras, sacó el monedero y dejó caer una moneda de 50 céntimos sobre el plato. El anciano lo miró y Ralph le devolvió la mirada. Su semblante serio y adusto era ahora triste y lánguido. Quiso decirle algo pero no lo hizo y en lugar de entrar al baño se dio medio vuelta y se alejó lentamente. Cuando hubo caminado unos pasos, sintió una mano tocarle al hombro. Se volteó con expresión de asombro, casi de alegría, con una amplia sonrisa, la cual se desdibujó súbitamente al darse cuenta de que quien llamaba su atención era el anciano de la puerta del baño. Se volvieron a mirar y finalmente el anciano le dijo
– Si, le acepto esa cerveza.
domingo, 28 de marzo de 2010
No hay tres sin dos
Salió del baño algo confusa. Su estómago seguía revuelto y el alcohol que había ingerido le producía un terrible malestar. Se prometió a sí misma no beber más la próxima vez. Su aspecto no debía ser realmente bueno, se iba tambaleando y más de una vez tuvo que apoyarse en la pared para no perder el equilibrio. Estaba tan concentrada en mantener una mínima estabilidad que ni siquiera se dio cuenta de que se había acercado hasta ella un hombre.
-¿Te encuentras bien? –preguntó preocupado.
-Sí, bien. Creo que ha sido la cena, me ha sentado fatal. Tengo algo revuelto el estómago.
-Estás bastante pálida, será mejor que te sientes si no quieres desmayarte...mira, aquí tienes un asiento.- señaló un pequeño taburete que adornaba en solitario la entrada del local.
Mientras se sentaba se detuvo a mirarlo con calma. Era joven, quizás incluso de su edad, tenía el pelo corto y ligeramente ondulado, llevaba perilla y tenía unos maravillosos ojos azules. Acababa de salir del infierno y se encontraba ahora en el paraíso. Lo cierto es que su aspecto le era familiar, lejanamente familiar.
-¿Estás mejor?
-Sí gracias. –respondió mostrándole su mejor sonrisa.
-Tú yo nos conocemos. Mi nombre es David. Tú eres Conchi ¿verdad? Estuve un tiempo saliendo con una amiga tuya, Virginia.
-David… ¡Claro, es verdad! Apenas te había reconocido. Han pasado unos cuantos años. ¿Qué tal te va? Perdí el contacto con Virginia hace mucho, ¿sabes algo de ella?
-No, que va, cortamos cuando me fui a Estados Unidos y terminé mi carrera de ginecología. Oye, tengo que marcharme, pero no dudes en llamarme si te sigues encontrando mal. Me alegro de verte. No has cambiado nada, estás igual de guapa.
-Yo también, y gracias.
David sacó una tarjeta de visita, se la puso en su mano y caminó por el pasillo hasta meterse por una puerta. Conchi se acordó de lo mucho que hacía que no iba a hacerse una revisión y se prometió a sí misma concertar una cita cuanto antes con él. Se levantó de la silla y caminó de nuevo hacia su destino. Al torcer la esquina y llegar al parking, todo había cambiado. Las amigas de su hermana reían alegremente y Juan Carlos y Andrés, con las caras algo más amoratadas que antes, hablaban tranquilamente entre ellos, sorprendiéndose aún más al ver que Juan Carlos había puesto su brazo encima del hombro de su vecino en una postura de camaradería que jamás hubiera creído que vería entre ambos. Incluso, Juan Carlos había tenido el detalle de dejarle su americana a Andrés para que se protegiera del frío. Cuando llegó hasta ellos, no quiso siquiera preguntarles lo que había pasado para que de repente todos sus odios se hubieran convertido en amistad. ¿Acaso habían decidido que tres eran mejor que dos y se iban a convertir en los protagonistas de un remake de "Una mujer para dos"? ¿Los puñetazos les habían dejado tan confundidos que ya no sabían lo que hacían? ¿Se habían dado cuenta realmente que era una estupidez luchar por ella y que al fin y al cabo, un amigo es para siempre? Se puso junto a ellos y les miró interrogante. Fue Juan Carlos el que tomó la palabra.
-Conchi, es hora de que te decidas por uno de los dos.-afirmó con rotundidad.
Miró a Juan Carlos y a punto estuvo de decirle que era él el que elegiría, pero no quiso siquiera mover los labios.
-Juan Carlos tiene razón.-dijo Andrés mirándole mientras Juan Carlos hacía un movimiento afirmativo de cabeza
Miró a Andrés y le preguntó si sería capaz de tener una relación normal con él. Pensándolo fríamente, lo que había entre ellos estaba relacionado fundamentalmente con el sexo, muy buen sexo, eso sí, pero nada que le hiciera pensar que en un futuro podría haber una relación normal de pareja entre ambos. El hecho de no poder tener hijos había inclinado la balanza en su contra. Su reloj biológico sonaba cada vez con más fuerza. Se apartó por un segundo de ambos pretendientes para intentar tomar una decisión. La duda la consumía, pero su cerebro mandaba señales en una sola dirección. Cuando volvió con ellos para darles su veredicto, los vio nuevamente peleando, esta vez con mayor vehemencia que la vez anterior. Decidió dar media vuelta y dejarlos en su pelea, al meter la mano en el bolsillo de su chaqueta se topó con la tarjeta que minutos antes le había dado David. Se quedó pensativa y se dijo a sí misma ¿por qué no? Se marchó dejando a los dos hombres peleándose por ella, ya decidiría con quien quedarse o tal vez no se quedaría con ninguno. David la había salvado de momento.
-¿Te encuentras bien? –preguntó preocupado.
-Sí, bien. Creo que ha sido la cena, me ha sentado fatal. Tengo algo revuelto el estómago.
-Estás bastante pálida, será mejor que te sientes si no quieres desmayarte...mira, aquí tienes un asiento.- señaló un pequeño taburete que adornaba en solitario la entrada del local.
Mientras se sentaba se detuvo a mirarlo con calma. Era joven, quizás incluso de su edad, tenía el pelo corto y ligeramente ondulado, llevaba perilla y tenía unos maravillosos ojos azules. Acababa de salir del infierno y se encontraba ahora en el paraíso. Lo cierto es que su aspecto le era familiar, lejanamente familiar.
-¿Estás mejor?
-Sí gracias. –respondió mostrándole su mejor sonrisa.
-Tú yo nos conocemos. Mi nombre es David. Tú eres Conchi ¿verdad? Estuve un tiempo saliendo con una amiga tuya, Virginia.
-David… ¡Claro, es verdad! Apenas te había reconocido. Han pasado unos cuantos años. ¿Qué tal te va? Perdí el contacto con Virginia hace mucho, ¿sabes algo de ella?
-No, que va, cortamos cuando me fui a Estados Unidos y terminé mi carrera de ginecología. Oye, tengo que marcharme, pero no dudes en llamarme si te sigues encontrando mal. Me alegro de verte. No has cambiado nada, estás igual de guapa.
-Yo también, y gracias.
David sacó una tarjeta de visita, se la puso en su mano y caminó por el pasillo hasta meterse por una puerta. Conchi se acordó de lo mucho que hacía que no iba a hacerse una revisión y se prometió a sí misma concertar una cita cuanto antes con él. Se levantó de la silla y caminó de nuevo hacia su destino. Al torcer la esquina y llegar al parking, todo había cambiado. Las amigas de su hermana reían alegremente y Juan Carlos y Andrés, con las caras algo más amoratadas que antes, hablaban tranquilamente entre ellos, sorprendiéndose aún más al ver que Juan Carlos había puesto su brazo encima del hombro de su vecino en una postura de camaradería que jamás hubiera creído que vería entre ambos. Incluso, Juan Carlos había tenido el detalle de dejarle su americana a Andrés para que se protegiera del frío. Cuando llegó hasta ellos, no quiso siquiera preguntarles lo que había pasado para que de repente todos sus odios se hubieran convertido en amistad. ¿Acaso habían decidido que tres eran mejor que dos y se iban a convertir en los protagonistas de un remake de "Una mujer para dos"? ¿Los puñetazos les habían dejado tan confundidos que ya no sabían lo que hacían? ¿Se habían dado cuenta realmente que era una estupidez luchar por ella y que al fin y al cabo, un amigo es para siempre? Se puso junto a ellos y les miró interrogante. Fue Juan Carlos el que tomó la palabra.
-Conchi, es hora de que te decidas por uno de los dos.-afirmó con rotundidad.
Miró a Juan Carlos y a punto estuvo de decirle que era él el que elegiría, pero no quiso siquiera mover los labios.
-Juan Carlos tiene razón.-dijo Andrés mirándole mientras Juan Carlos hacía un movimiento afirmativo de cabeza
Miró a Andrés y le preguntó si sería capaz de tener una relación normal con él. Pensándolo fríamente, lo que había entre ellos estaba relacionado fundamentalmente con el sexo, muy buen sexo, eso sí, pero nada que le hiciera pensar que en un futuro podría haber una relación normal de pareja entre ambos. El hecho de no poder tener hijos había inclinado la balanza en su contra. Su reloj biológico sonaba cada vez con más fuerza. Se apartó por un segundo de ambos pretendientes para intentar tomar una decisión. La duda la consumía, pero su cerebro mandaba señales en una sola dirección. Cuando volvió con ellos para darles su veredicto, los vio nuevamente peleando, esta vez con mayor vehemencia que la vez anterior. Decidió dar media vuelta y dejarlos en su pelea, al meter la mano en el bolsillo de su chaqueta se topó con la tarjeta que minutos antes le había dado David. Se quedó pensativa y se dijo a sí misma ¿por qué no? Se marchó dejando a los dos hombres peleándose por ella, ya decidiría con quien quedarse o tal vez no se quedaría con ninguno. David la había salvado de momento.
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