Como se hace imposible viajar de un municipio a otro debido a los confinamientos perimetrales, voy a echar mano a mi memoria para recordar sitios emblemáticos de Málaga. Uno que me viene a la mente es el caserón que hay justo antes de llegar a la conocida calle San Miguel en Torremolinos. Se trata de la casa donde antiguamente vivió María Barrabino, personaje de la aristocracia andaluza (una cordobesa que pasó gran parte de su vida en Málaga) y que realizó numerosas obras de caridad. De ella se dice que fue toda una gran persona, benefactora de los necesitados y mujer de gran corazón. El caserón del que hablo fue antiguamente parte de la Hacienda San Miguel, de la cual era dueña. Viendo el crecimiento de Torremolinos, decidió partir en dos su hacienda y donar una parte al ayuntamiento para el uso y disfrute del pueblo. Esta casa fue edificada a finales del S. XIX y es una de las pocas casas burguesas de la época que aún conserva todo el ornamento y la decoración que le dieran inicialmente sus dueños. En el jardín hay una hornacina con un Cristo en su interior y era una de las catorce hornacinas del Vía Crucis que se extendía desde la Plaza Costa del Sol, hasta la cima del barrio de El Calvario, tal y como señala el escritor malagueño José María Souvirón en su novela “Cristo en Torremolinos”. La casa quedó deshabitada en 1997 tras la muerte de su última moradora, pero en el 2017 el Ayuntamiento la adquirió con el fin de preservarla y evitar su deterioro.
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