
"Pocas cosas marcan tanto a un lector como el primer libro que realmente se abre camino a su corazón. Aquellas primeras imágenes, el eco de esas palabras que creemos haber dejado atrás, nos acompañan toda la vida y esculpen un palacio en nuestra memoria al que, tarde o temprano -no importa cuántos libros leamos, cuántos mundos descubramos, cuánto aprendamos u olvidemos-, vamos a regresar. Para mi, esas paginas embrujadas siempre serán las que encontré entre los pasillos del Cementerio de los Libros Olvidados".
Y ese primer libro para mí fue Casas Muertas de Miguel Otero Silva.
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